Brasilia/PL
La ex presidenta Dilma Rousseff advirtió que Brasil debe estar atento a una posible radicalización del golpe de Estado que la apartó de su cargo el pasado año y hoy avanza, a pasos largos, hacia su ruina.
Sabemos que Brasil tiene una tradición de acentuar, de radicalizar la característica de los golpes, sostuvo la ex mandataria y recordó que fue así en el proceso de la dictadura militar, el cual comenzó en 1964 y se convirtió en una maquinaria de matar, torturar, exiliar y encarcelar a partir de 1968.
Al intervenir en el acto de toma de posesión del nuevo directorio nacional del Partido de los Trabajadores (PT), anoche, Rousseff pidió estar extremadamente atentos en este momento para que la ruina del golpe no se transforme en su radicalización.
Día a día -aseveró- la historia mostró que, aquello que estaba en el terreno de la especulación durante todo el proceso de impeachment, hoy está confirmado: es un hecho que hubo un golpe en Brasil.
Durante la ceremonia, el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva encomió a la flamante presidenta del partido Gleisi Hoffmann, y manifestó que con ella surge un nuevo modo de hacer discursos: con vigor, pero también con ternura y delicadeza. Gleisi será una grata y extraordinaria sorpresa para el PT, pronosticó.
El fundador del Partido de los Trabajadores de Brasil aseguró que esa fuerza no dará tregua en la lucha por elecciones directas. Queremos no solo la salida de Michel Temer, sino también frenar las reformas puestas en marcha por su gobierno y que sea el pueblo quien elija en las urnas a su presidente, remarcó.
Refiriéndose a rumores según los cuales el titular de la Cámara de Diputados Rodrigo Maia estaría preparándose paa reemplazar a Temer mediante una elección indirecta en el Congreso, aseveró que ‘no podemos creer que un golpista es mejor que otro’.
Lula sugirió además la creación, dentro del PT, de una comisión encargada de discutir todo lo relacionado con la soberanía nacional, puesta en riesgo con el programa de desmonte que lleva adelante el gobierno de Temer y como consecuencia del cual ‘están demoliendo todo lo que construimos y conquistamos desde 1943’.
El ex presidente insistió también en la necesidad de agrupar las fuerzas de izquierda y en la ‘obligación moral, política y ética’ que tiene el Partido de los Trabajadores de decirle al pueblo qué caminos vamos a seguir para recuperar la economía, el empleo y volver a ser protagonistas internacionales.
Por su parte, Hoffmann manifestó que una elección presidencial en Brasil sin la presencia de Lula es un fraude a la democracia.
Lula es el candidato de una parte significativa de la población que quiere que Brasil sea reconstruído, subrayó la dirigente petista, quien también exaltó la necesidad de la unidad entre todas las fuerzas de izquierda.