Nadie es profeta en su tierra. Ni siquiera el fútbol que predica la Azul playera le alcanza para convencer a su feligresía. No les falta fe a los discípulos de Rudis Gallo, site doctor pero se necesita más que eso para competir en teoría y práctica frente a los maestros de la modalidad.
Se lo hizo saber Suiza con un 5-7 el sábado, y también recibió cátedra ayer ante un Brasil curtido en jugar sobre canchas de arena. La “canarinha” le encajó un inapelable 3-6, lo suficiente para borrar cualquier aspiración de los “pescadores” de conquistar, al menos, la segunda plaza de la cuadrangular internacional.
Brasil puso condiciones desde el pitazo inicial, y la responsabilidad de ello fue, en parte, de la zaga Azul pues, durante el primer período, se vio con tobillos hinchados. Además de errática, la defensa se vio muy lenta frente a la velocidad de los huéspedes.
Ni tres minutos tardó Brasil para abrir la lata. Mauricinho aprovechó una mala entrega de los azules y venció a Eliodoro Portillo con un remate colocado para decretar el 0-1. Y solo tres minutos más tarde, Rodrigo cacheteó un centro y venció por segunda ocasión a Portillo.
Benjamín Jr. tuvo para poner más arena de por medio, pero le falló la puntería en el cobro de tiro libre. Si bien en los primeros 12 minutos la defensa de la Azul Playera lució como gelatina, la ofensiva fue como lanza. Apenas un remate de Frank Velásquez y una chilena de Agustín Ruiz generaron algún peligro para el representativo cuscatleco.
Al regreso de la duchas, Mauricinho pegó de nuevo con un tercer tanto para los suramericanos, Rodrigo logró el 0-4. Eso pellizcó el orgullo de los cuscatlecos que mostraron una leve mejoría y arrancaron el “sí se puede” de la hinchada congregada en los graderíos.
Frank Velásquez, quien ya había sacado un disparo sobre el travesaño, descontó con un remate de tiro libre. Luego, a falta de cinco minutos para cerrar el período, se hizo presente en el marcador el “Tin” Ruiz para poner cartones de 2-4.
Fueron los mejores cinco minutos de los salvadoreños. Por 300 segundos, le jugaron de tú a tú a Brasil, incluso tuvieron oportunidad para llegar al empate. Hubo un remate al poste de Abraham Henríquez, un tiro al horizontal de Elmer Robles, y un globito del “Tin” que se fue arriba del travesaño. Los fallos, sin embargo, se pagaron caro, porque Brasil no perdona y Bokinha aprovechó que la defensa aflojó marcas y consiguió el 2-5 justo al cierre del segundo período.
En la etapa final, El Salvador buscó vender la derrota con un resultado más honroso, pero Rodrigo Gama logró el sexto para Brasil y el meta Mao ahogó el grito de gol en las gargantas azules en varias ocasiones. Al final, Abraham, una de las caras nuevas que El Salvador presentó para este torneo, puso el definitivo 3-6. En los minutos finales, hubo entrega y sacrificio de los hombres de Gallo pero el marcador ya no se movió.
Esta es la tercera cuadrangular en la que el equipo cuscatleco se queda con las ganas de levantar el trofeo de campeón frente a su público, cumpliendo así la expresión bíblica que asegura que “nadie es profeta en su tierra”.
La cuadrangular amistosa dejó a Brasil como campeón invicto y a Suiza como subcampeón, haciendo que la Azul se conformara con el bronce y con los trofeos de Agustín Ruiz como jugador más valioso del certamen y mejor goleador junto a Maurinciho.