Estados Unidos/AFP
Dos meses después del Mundial Rusia 2018, Brasil inicia hoy- ante Estados Unidos- un nuevo ciclo con la obsesión de conquistar el ‘hexa’ en Catar-2022 y la Copa América del próximo año en casa.
No hay tiempo que perder para la Seleçao de Neymar, en carrera por renovarse tras el último golpe. Parecía que esta vez sí, que la ‘canarinha’ había aprendido de sus errores. Llegó a Rusia lanzada, casi impecable desde la llegada de Tite y decidida a culminar en Moscú su celebrada resurrección tras la debacle de 2014.
Pero, cuando se dio cuenta, todo había acabado. Ocurrió muy rápido, en los 31 minutos que tardó la ambiciosa Bélgica en marcar dos goles y dejarla herida de muerte. Aquella noche negra en Kazán, Brasil quedó fuera del Mundial en los cuartos de final, Tite sin apenas poder hablar y Neymar hundido.
Empero, Tite, una vez reposado un poco el dolor, aceptó renovar su contrato con el objetivo de dirigir a la Seleçao un ciclo completo.
Aunque para llegar a Catar deberá superar el duro examen de la Copa América, trofeo que la ‘canarinha’ no levanta desde 2007 y en el que volverá a los escenarios del desastre de 2014.
“Jugué dos [Copas América] y sé de la dificultad. En casa tenemos que intentar ganar porque Brasil necesita volver a ser campeón”, afirmó Filipe Luis, quien reconoció haber tenido “pesadillas” durante días tras caer en Rusia.
Renovación
Pese a que llegaba con unos números casi perfectos, a su Seleçao le faltó chispa en el Mundial y Tite se ha lanzado a buscarla. Para ello, se ha llevado a Estados Unidos a doce jugadores que no fueron a Rusia -seis de ellos debutantes- sacrificando a pesos pesados como Marcelo, Miranda o el cuestionado Gabriel Jesús.
Aunque el prometedor Pedro, actual artillero de la liga, tuvo que ser cortado por lesión, en Brasil se aguarda con ilusión el estreno de otros veinteañeros como Lucas Paquetá (Flamengo), Andreas Pereira (Manchester United) o Arthur.
El jugador del Barça, elogiado recientemente por el mismísimo Messi, ya había sido convocado, pero no llegó a debutar.
Eso le ha salvado de las novatadas que esperaban a los más jóvenes -obligados a cantar y bailar solos, según la tradición-, orquestadas por veteranos como Neymar, que las publicaron divertidos en las redes sociales.
Pese a sus 26 años, el delantero del PSG arranca su tercer ciclo como faro de esta nueva Seleçao en metamorfosis que llega a Estados Unidos con menos de la mitad de los los futbolistas que compitieron en el Mundial, tras las bajas de última hora de Fágner y Renato Augusto.
“Los más veteranos tenemos que pasar a los novatos conocimiento. Vamos a acoger a los chicos para que lleguen de la mejor manera posible y nos ayuden”, afirmó Thiago Silva, que a sus 33 años es el mayor de la convocatoria.