Por Karim Talbi
Montreux/AFP
La conferencia de paz Ginebra II sobre Siria hace una breve pausa este jueves después de un primer encuentro entre representantes de la oposición siria y del gobierno en Suiza, viagra ailment un diálogo de sordos que hizo imposible llegar a un acuerdo sobre el futuro de Bashar al Asad.
«Retórica incendiaria», buy cialis «elucubraciones agresivas», acusaciones de «traición»: la conferencia de paz de Ginebra II en Montreux transcurrió en un ambiente de tensión y desacuerdo entre el gobierno y la oposición que dejó poco margen para el optimismo de cara a las negociaciones previstas el viernes.
Reunidos en la pequeña ciudad suiza, unos cuarenta representantes de países y organizaciones no tuvieron que esperar mucho para comprobar el foso gigantesco entre el gobierno de Bashar al Asad y la oposición siria en exilio.
En esta conferencia, preludio de las negociaciones entre las delegaciones sirias el viernes en Ginebra, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, recordó a todos lo que está en juego en la cita, sinónimo de «esperanza» al cabo de tres años de enfrentamientos mortíferos.
«Nuestro objetivo era enviar un mensaje a las dos delegaciones sirias y al pueblo sirio, (diciéndoles) que el mundo quiere que el conflicto se acabe con urgencia», declaró Ban Ki-moon, en la conferencia de prensa que cerró el encuentro. «Ya basta. Llegó la hora de negociar», agregó.
«Tos los sirios tienen las miradas fijas en ustedes hoy», dijo a las dos delegaciones sirias que se daban la car a unos metros de distancia.
Durante sus intervenciones, el secretario de Estado norteamericano John Kerry y el ministro de Exteriores Serguei Lavrov también habían mostrado sus divergencias respecto a la formación de un gobierno de transición en Siria.
«Bashar al Asad no formará parte del gobierno de transición. Es imposible, inimaginable que este hombre que llevó a cabo semejante violencia contra su pueblo pueda conservar la legitimidad para gobernar», declaró Kerry.
Por el contrario, Lavrov criticó «los intentos de interpretar este documento de una forma o de otra», en referencia al llamamiento a la formación de un gobierno de transición «por mutuo consentimiento» que las grandes potencias adoptaron en 2012 sin presencia de los sirios en Ginebra I.
El ministro sirio de Relaciones Exteriores, Walid Mualem, calificó a los representantes de la oposición sentados frente a él de «traidores».
«Pretenden representar al pueblo sirio», declaró Mualem. «Si quieren hablar en nombre de los sirios, no deberían ser traidores al pueblo sirio, agentes a sueldo de los enemigos del pueblo sirio», añadió.
«Señor Kerry, nadie en el mundo tiene derecho a otorgar o retirar la legitimidad de un presidente, una Constitución o una ley excepto los propios sirios», declaró también Mualem en respuesta a las declaraciones de Kerry descartando cualquier papel de Al Asad en una transición.
Mualem fue interrumpido durante su larga defensa de la política del gobierno de Al Asad por Ban, que objetó que el jefe de la diplomacia siria había superado el tiempo de palabra asignado. Mualem replicó diciendo que tenía que expresar la posición de su país y continuó con su intervención.
Después del discurso de Mualem, Washington denunció una «retórica incendiaria» y París denunció las «elucubraciones largas y agresivas» del canciller sirio.
Por su parte, el jefe de la delegación de la oposición siria, Ahmad Jabra, instó al presidente Al Asad a que entregue el poder a un gobierno de transición.
Su discurso fue retransmitido por la televisión siria, pero sin citar su nombre y mostrando, junto a las imágenes de su intervención, otras imágenes de muertos y destrucción con el título «Crímenes terroristas en Siria».
Durante la alocución de los ministros de Exteriores de Turquía y de Arabia Saudita -principales partidarios a la oposición-, la televisión siria procedió de la misma manera.
Resumiendo el estado de ánimo de muchos participantes en la conferencia, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, consideró que no hay que esperar un «milagro».
Desde la también ciudad suiza de Davos, donde se celebra el Foro Económico Mundial, siete organizaciones (entre ellas Amnistía Internacional y Human Rights Watch), pidieron a la comunidad internacional que presione a las partes beligerantes y a los países vecinos para que se encuentre una solución para Siria.
«La reputación de Naciones Unidas y de los miembros del Consejo de Seguridad están en juego», señalaron.
La reunión de Montreux procuraba preparar el encuentro el viernes en Ginebra de las dos delegaciones sirias -que se reúnen por primera vez desde el inicio del conflicto- con la mediación del emisario especial de Naciones Unidas y de la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, que este jueves se reunirá por separado con las delegaciones sirias.
Sobre el terreno, las fuerzas gubernamentales bombardearon sectores rebeldes alrededor de Damasco,Homs y Alepo, donde un misil mató a diez personas.
Mediador se reúne con oposición y gobierno sirio
El mediador de la ONU Lakhdar Brahimi se reúne este jueves a puerta cerrada con delegados del gobierno sirio y de la oposición para intentar convencerlos de que negocien el viernes en Ginebra una solución a la guerra civil.
En el terreno, los combates encarnizados entre los rebeldes, en su mayoría islamistas, y los yihadistas del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), han causado en 20 días casi 1.400 muertos, según afirmó este jueves una ONG.
El primer encuentro el miércoles entre representantes del presidente Bashar al Asad y miembros de la oposición en exilio, ante unos cuarenta países y organizaciones internacionales, se convirtió en un diálogo de sordos entre «retórica incendiaria», «elucubraciones agresivas» y acusaciones de «traición».
La conferencia del miércoles fue un preludio de las negociaciones, pero las partes empezarán a tratar el meollo del asunto el viernes.
Desde ya, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, advirtió que las negociaciones no serán «ni simples ni rápidas».
Pero por el momento es difícil saber si la delegación de la oposición y la del gobierno sirio se sentarán en la misma mesa o si la ONU, patrocinadora de este encuentro junto a Rusia y Estados Unidos, tendrá que actuar como intermediaria entre ambas partes.
El emisario especial de Naciones Unidas y de la Liga Árabe indicó que se reunirá por separado el jueves con ambas delegaciones para analizar «cuál es la mejor manera de avanzar».
«¿Nos reunimos directamente en una misma sala e iniciamos las discusiones o seguimos conversando un poco más por separado?… Aún no lo sé», declaró Brahimi.
Las discusiones podrían durar entre siete a diez días y reanudarse luego de una pausa, según informaron miembros de la delegación rusa citados por la agencia Interfax.
«Ayuda humanitaria, prisioneros y cese al fuego»
El futuro de Bashar al Asad sigue siendo el principal punto de desacuerdo, ya que la oposición exige que sea apartado del poder y se forme un gobierno de transición, lo que el gobierno rechaza categóricamente.
A falta de consenso en este tema central, Brahimi podría optar por centrarse en la búsqueda de medidas de ayuda a una población que desde marzo de 2011 ha sido testigo de la muerte de al menos 130.000 personas.
Brahimi evocó el miércoles por la noche «señales» de que las delegaciones parecían estar dispuestas a autorizar la entrega de ayuda humanitaria, así como cese al fuego puntuales – principalmente en Alepo-, y canje de prisioneros.
Durante la conferencia en Montreux, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, recordó a todos la importancia de este encuentro, sinónimo de «esperanza» tras casi tres años de conflicto.
«Nuestro objetivo era enviar un mensaje tanto a ambas delegaciones como al pueblo sirio para decirles que el mundo quiere que termine el conflicto», declaró Ban. «Ya es suficiente, es hora de negociar», añadió.
Por su parte, el presidente iraní, Hasan Rohani, afirmó el jueves ante el Foro Económico Mundial de Davos, que la mejor salida para la guerra civil siria pasaría por «elecciones libres y democráticas», sin injerencias externas.
«Ninguna parte o poder externo debe decidir en lugar del pueblo sirio ni de Siria como país», agregó el mandatario iraní.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, había invitado inicialmente a Irán, una potencia regional, pero finalmente dio marcha atrás, ante la negativa de Teherán, aliado de Asad, de aceptar el principio de una transición política dirigida conjuntamente por representantes del gobierno y de la oposición sirios.
En el terreno, los combaten continúan. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en el Reino Unido, «el número de muertos por los combates entre el EIIL (por un lado) y los islamistas y las fuerzas rebeldes (por otro) asciende desde el 3 de enero a 1.395».
Varias coaliciones de rebeldes sirios se enfrentan desde principios de enero contra el EIIL, un grupo vinculado a Al Qaida, en las zonas controladas por la rebelión en el norte de Siria.
La oposición acusa al EIIL de llevar a cabo secuestros y asesinatos de civiles y de rebeldes rivales.