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RÍO DE JANEIRO/Xinhua
El brote actual del nuevo coronavirus (COVID-19) en el fútbol brasileño expone la necesidad de aplicar rigurosamente las medidas de prevención y distanciamiento social recomendadas, y confirma que la transmisión del virus todavía está muy activa en el país, dijeron especialistas a Xinhua.
El actual campeón de la Copa Libertadores y del Brasileirao, Flamengo, vive un brote del virus que ha dejado al menos 41 empleados del club infectados, entre ellos 19 jugadores, el entrenador y el presidente. Debido a ello, el partido del Campeonato Brasileño entre Palmeiras y Flamengo, previsto para este domingo, fue aplazado, algo que ha generado una gran polémica en el país debido a que el protocolo de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) ya contempla escenarios como éste.
“El caso del Flamengo es el mejor ejemplo de la rápida transmisión que hay de la COVID-19. Todo indica que el brote empezó con el viaje que hizo el equipo a Ecuador hace dos semanas. De uno o dos jugadores infectados, con el día a día, los entrenamientos, la concentración, etcétera, se pasó a siete, que lógicamente no pudieron jugar. Y de estos siete, se pasó a más de 40, todas personas que tuvieron contacto con los jugadores”, dijo a Xinhua el médico deportivo José Guimaraes.
Para él, “aunque el protocolo de la CBF sea correcto y muy similar al que han adoptado la mayoría de países del mundo para el regreso de sus competiciones deportivas, apenas con un contagio dentro de una plantilla el riesgo de diseminación del virus es elevadísimo. Son muchas horas juntas en el vestuario, en la cancha, en el gimnasio, en el comedor; es prácticamente imposible que no se expanda”, comentó.
El brote que vive Flamengo no es el único de un equipo de Río de Janeiro actualmente, pues Fluminense tiene nueve jugadores que dieron positivo por la COVID-19. Según el epidemiólogo Guilherme Werneck, los dos brotes son un reflejo de la situación de la pandemia que hay en Río de Janeiro.
“No es una casualidad que haya dos brotes al mismo tiempo en dos de los equipos cariocas. Aunque las curvas de muertes y casos en Río de Janeiro iban a la baja en las últimas semanas, vemos que han vuelto a subir, coincidiendo con las medidas de flexibilización. Los futbolistas no son ajenos a la realidad, y pueden infectarse igual que cualquier otra persona”, dijo a Xinhua.
Werneck recordó que desde que empezaron las competiciones nacionales en Brasil, a principios de agosto, varios equipos del país se han visto afectados por el virus. “En la primera jornada del Brasileirao, el Goiás tuvo su partido suspendido contra el Sao Paulo por un brote. En las Series B y C, vimos que varios equipos también pasaron por brotes en algún momento. Lo que vemos son los distintos estados de la pandemia que hay en el país reflejados en el deporte”, afirmó.
Tanto Guimaraes como Werneck se posicionaron en contra del regreso del público a los estadios de fútbol en Brasil, posibilidad defendida precisamente por Flamengo, aunque quedó descartada esta semana por la CBF. “Dejando de lado los aspectos deportivos, no tiene ningún sentido que se abran los estadios ahora. Para ello, la curva de la pandemia tendría que ser descendente durante varios meses seguidos, algo que todavía no ocurre. Sería temerario fomentar este tipo de aglomeraciones, aunque sea con una capacidad del aforo reducida”, dijo Guimaraes.
Por su parte, Werneck indicó que “permitir la entrada de público ahora mismo en Brasil sería un grave error. En pocos países se permite la presencia de espectadores, y es en países con la pandemia controlada, algo que no vemos aquí. El trayecto al estadio, incluso dentro, en la media parte o en la salida, son extremamente peligrosos por el peligro de transmisión”, concluyó.
