Estrasburgo/AFP
La Comisión Europea presenta este martes su proyecto de crear una guardia fronteriza y otra costera para retomar el control de las fronteras exteriores en los países desbordados por la llegada masiva de migrantes, con la intención de desplegarlas aunque un país se oponga.
Esta propuesta que afecta a la soberanía de los Estados miembros ya genera críticas y resistencias. La Comisión, que detallará su propuesta ante el Parlamento Europeo, reunido en Estrasburgo (este de Francia), quiere mostrar audacia con esta propuesta frente a la crisis migratoria.
El objetivo es evitar que el caos se apodere de las fronteras exteriores y tenga por consecuencia el fin del espacio de libre circulación Schengen, uno de los pilares de la construcción europea.
Según la Comisión hubo 1,5 millones de entradas ilegales en las fronteras desde enero, por migrantes que continúan su camino sin haber sido registrados.
Esta situación condujo a varios países, como Alemania, Austria o Suecia, a restablecer provisoriamente los controles en las fronteras interiores, evidenciando la confianza perdida en los países situados en la periferia del bloque.
Un proyecto ‘audaz’
Los Estados miembros «no están preparados» para hacer frente a esta situación, dijo el viernes el comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos, abogando por «algo más completo y mejor estructurado» que las actuales herramientas. Calificó además el nuevo cuerpo europeo como un «proyecto audaz».
Este cuerpo de guardias fronterizos podría tener unos 1.000 a 2.000 efectivos para 2020. «Los Estados miembros deberán poner a disposición al menos 1.500 guardias fronterizos» para desplegar en unos días, indicó un documento de la Comisión consultado por la AFP.
«En situaciones de emergencia» el nuevo cuerpo «debe poder intervenir para velar por la implementación en el terreno de las medidas necesarias, incluso allí donde no hay pedidos de ayuda del Estado miembro concernido o cuando ese Estado estima que no necesita una intervención».
No se cita ningún país, pero el caso de Grecia es señalado por las diferentes fuentes. Atenas acaba de solicitar una intervención de Frontex, la agencia europea de coordinación de la gestión de las fronteras. Con este proyecto la Comisión quiere que se instaure un mecanismo obligatorio para el despliegue de guardias fronterizos.
El «derecho a intervenir» sólo se llevaría a cabo al término de un proceso gradual, pero la Comisión tendría al final del proceso el poder de «tomar las medidas operacionales apropiadas», según esta propuesta.
«No será posible sin embargo para un guardia fronterizo europeo intervenir en una operación en una frontera sin el acuerdo del país concernido», dijo a la AFP una fuente con acceso a la elaboración del proyecto, dejando entender que se trata de aumentar la presión para que un Estado que falla en su obligación haga lo necesario para remediar la situación.
Con fuerte resistencia
El proyecto será estudiado por el Parlamento y el Consejo Europeo (los Estados miembros). A pesar del apoyo de París y de Berlín, varios países, en particular los periféricos, se oponen a esta iniciativa.
Reemplazar Frontex «por una estructura independiente de los Estados miembros es preocupante», dijo el lunes el ministro de Relaciones Exteriores polaco , Witold Waszczykowski.
El proyecto de guardias fronterizos europeos forma parte de una nueva salva de medidas que serán presentadas este martes por la Comisión, que incluye también una revisión del código Schengen, el espacio de libre circulación compuesto por 22 países de la UE más Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein.
Esta revisión contempla ampliar los controles de identidad sistemáticos a los ciudadanos europeos que ingresan al espacio. Los atentados en París el 13 de noviembre, algunos de cuyos autores habrían utilizado la ruta de los migrantes, agregaron al tema migratorio un aspecto de seguridad.