La Ministra de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Lina Pohl, anunció que a partir del mes de abril, El Salvador importará combustible diesel bajo en azufre, en cumplimiento de un nuevo Reglamento Técnico Centroamericano (RTCA).
El parque vehicular en El Salvador, que sobrepasa los 900 mil, sumado a los combustibles fósiles con grandes concentraciones de metales pesado, ha contaminado el ambiente en niveles preocupantes. Muchas de las enfermedades alérgicas como bronquiales tienen que ver con la contaminación del medio ambiente.
Ante esta realidad, más los compromisos Internacionales adquiridos por El Salvador, no nos queda más que aplaudir la noticia, pues, al mejorar el medioambiente, mejorará el estilo de vida de los y las salvadoreñas.
La ministra Pohl informó que la medida está planteada en las Contribuciones Nacionales Determinadas (INDC) que se presentó junto al Acuerdo de París (COP-21) y que fue ratificada por la Asamblea Nacional Legislativa de El Salvador, por tanto también es una ley de la república.
El RTCA especifica que el diésel que ingrese al mercado de combustibles del país, a partir del mes de abril, deberá contener como máximo 500 partes por millón de azufre.
Hasta hoy, esos combustibles tienen 5 mil partes por millón. A partir de abril, el diésel vendrá con una reducción del 90%, que ya es significativa para contaminar menos el medio ambiente, y lo que nos debe alegrar.
Generalmente, cuando se adquieren compromisos internacionales como el COP-21, generalmente lo que predomina es el pesimismo, pero, la puesta en marcha de este Reglamento, producto de esos compromisos internacionales, nos despiertan mucho interés, pero sobre todo esperanza.
Tras este paso, el país debería a comprometerse a realizar otras acciones decididas para colaborar más con el Medio Ambiente.
Así, por ejemplo, la Asamblea Legislativa debería de sacar una ley para prohibir la explotación de la minería metálica, lo que ha sido solicitado de forma oficial por la Iglesia Católica, a través de su Arzobispo Monseñor José Luis Escobar Alas, a quien desde esta tribuna saludamos y aplaudimos.
La Asamblea Legislativa también debería aprobar una ley de Aguas, no solo para cuidar y conservar ese vital líquido, sino, para evitar que se mercantilice.
Mientras que cada ciudadano y ciudadana también deben comprometerse a hacer lo suyo desde la familia, la comunidad.
El llamado es a abonar todo lo que esté a nuestro alcance para proteger el medio ambiente, cuyo banderillazo de salida hay que verlo a partir de abril con la importación del diésel bajo en azufre.