Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
Enrique Anaya, abogado constitucionalista, dijo en el espacio de entrevista de Radio YSUCA que lo que sucedió el sábado 1 de junio fue “la certificación de la muerte de la democracia salvadoreña”, por lo tanto, “en realidad ya no tenemos presidente”, en referencia a la inconstitucionalidad de la reelección presidencial.
Son al menos 6 artículos de la Constitución de la República que prohíben la reelección presidencial; pese a ello, Nayib Bukele fue juramentado ilegalmente para el período 2024-2029, y es considerado el segundo presidente de El Salvador, en ser reelegido después del General Maximiliano Hernández Martínez, hace 89 años.
Sobre el juramento, Anaya contextualizó que la puesta en escena se realizó bajo un militarismo y espectáculo, pues Bukele se disfrazó “de rey africano” y ofreció un desfile militar que recordó tiempos oscuros de la historia de El Salvador.
El discurso del 1 de junio fue “totalmente vacío de contenido”, ya que se centró en partes emocionales y no en propuestas concretas de cara a los 5 años que estaría al frente de la Presidencia de forma inconstitucional.
“Las partes del discurso son: primero, darle gracias a la mamá, a los hermanos, a la esposa, a los primos y a todos los que le han apoyado y, por último, dijo, al pueblo. Después, se ponen en ridículo a darse besitos; luego, inicia con la analogía del doctor milagro y con la medicina amarga, pero no dice nada, sencillamente es -háganme caso- ¿Qué implica eso?, es que no saben qué van a hacer, todo lo van a ir viendo dependiendo las coyunturas, no hay un plan de Gobierno”, comentó Anaya.
Una de las exigencias constitucionales es que debe aprobarse un plan de gobierno. “Este gobierno terminó 5 años y nunca hizo un plan de gobierno”, agregó Anaya. En su discurso, Bukele “nos está diciendo ‘queremos súbditos, no queremos ciudadanos’, porque el ciudadano cuestiona, piensa, analiza”.
“Si el soberano es el pueblo y los gobernantes son representantes, entonces, el pueblo siempre tiene el derecho a cuestionar y poner en duda las decisiones que se están tomando”, enfatizó.
“Pedirles a los ciudadanos que simplemente seamos obedientes ovejas, que nos vamos a dedicar a avalar y decir sí […] Eso no es un pueblo, eso es masa”, añadió el abogado constitucionalista en referencia al juramento que los salvadoreños concentrados frene al Palacio Nacional le hicieron a Bukele frente al Palacio Nacional.
La “medicina amarga”, a la que Bukele podría referirse, según Anaya, es a un posible aumento de impuestos, nacionalización de las pensiones. “Yo no lo descartó, si también, este mensaje de medicina amarga va a ser para los empresarios o para el transporte público”.