Más allá del incumplimiento de mantener en privado la reunión con el cuerpo diplomático, el presidente Nayib Bukele la difundió en cadena nacional de radio y televisión, para demostrar que tiene el poder, y además demostrar que es más listo que todos los países del mundo juntos y, con ello, si bien logró los aplausos de su “masa votante”, también le dejó claro a los diplomáticos que lo actuado por su asamblea la noche del sábado fue totalmente ilegal.
Claro, Bukele, que recrimina a los diplomáticos por reunirse con la oposición y por informar a sus respectivos gobiernos del retraso democrático que dio el país la noche del sábado al destituir a los diez jueces de la Sala de lo Constitucional, los cinco propietarios y los cinco suplentes, así como al fiscal general, dado que no solo atropelló o evadió los procedimientos que la ley manda, incluida la Constitución, sino porque expresó que no quiere contrapesos.
“Quiero un fiscal afín”, dijo el mandatario a los diplomáticos, por lo que queda claro que también destituyó a los jueces porque también quiere una Sala de los Constitucional “afín” a su Gobierno.
El presidente Bukele se tomó más de hora y media para dejar claro lo anterior. Y aunque sus seguidores lo aplaudían en las redes sociales, y decían además que el mandatario le había dado cátedra a los diplomáticos, lo cierto es que lo que hizo fue reafirmar la preocupación del mundo, por lo que está pasando en el país.
Varios embajadores, a través de twitter, además, dejaron ver su sorpresa por haber violentado la privacidad de la reunión al hacerla pública, con el agravante de que fue en cadena de radio y televisión.
Ni la reunión con los diplomáticos, ni la cadena de radio y televisión han detenido las condenas o manifestaciones de preocupación en el mundo y en al ámbito nacional.
La conferencia episcopal de El Salvador (CEDES), por ejemplo, dejó clara su “desaprobación” de lo actuado por la Asamblea Legislativa, siguiendo instrucciones del presidente Bukele.
“Aunque hubiese causas suficientes para destruirlos y la Asamblea Legislativa tenga la facultad constitucional para realizar tales destituciones; desaprobamos la forma en que se realizaron las mencionadas destituciones, por no haberse seguido el proceso que establece la ley (…)”, dice la CEDES. Y este es el punto, la Asamblea violentó el debido proceso, pero no por desconocimiento, sino porque recibieron la orden del presidente Bukele, y esta asamblea, mayoritariamente Cyan, solo levantará la mano o apretará el botón, como los sospechamos y expusimos en editoriales anteriores.
Y luego de la cadena de radio y televisión quedó claro no solo lo anterior, sino del porqué, y es que Bukele no quiere contrapesos, solo quiere funcionarios “afines”, sobre la base de que eso es lo que querían sus votantes.
Habrá que ver que más traen las reacciones del exterior, es decir, si solo serán pronunciamientos o llamadas telefónicas, o habrá algún accionar. Por ejemplo, si los países impedirán que inversionistas se abstengan de venir al país hasta que se recupere la institucionalidad, o si los bonos sufrirán algún impacto, o si se restringen o ponen más condiciones a los préstamos con los organismos multilaterales.
Por cierto, la diplomática, representante de Canadá, además de dejar claro que no está de acuerdo con la abolición de la separación de poderes, hizo mención al impacto que podría generar la ausencia de la inversión extranjera.
No sabemos si el presidente Bukele entendió los breves mensajes de los tres diplomáticos que fueron escuchados en la cadena de radio y televisión y si lo hizo, no sabemos si atenderá las recomendaciones. Lo que sí es cierto es que el país ha retrocedido varias décadas en su aspiración democrática, y los salvadoreños están huérfanos de sus preceptos constitucionales, porque la justicia ya es tarea del Ejecutivo, mejor dicho de una persona, pues dependerá del presidente Bukele.