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Bukele El Dictador Digital: Cómo Bukele Redefinió el Protocolo Legal con Tuits.

Por David Alfaro

En un mundo donde las redes sociales a menudo dictan la moda y las tendencias, Bukele ha llevado esta influencia a un nuevo nivel al transformar Twitter en su propio despacho presidencial. Sí, has leído bien: el presidente de El Salvador ha optado por una forma de gobernar que podría ser descrita como “diplomacia en 280 caracteres”. Olvídate de los procedimientos legales y el aburrido protocolo: en la era Bukele, el decreto presidencial se anuncia como un nuevo meme viral.

* El Procedimiento Legal y el “Tuit-Código”

Tradicionalmente, la promulgación de leyes y decretos en una república democrática sigue un proceso establecido con rigor. Primero, el decreto se publica en el Diario Oficial, un medio diseñado para asegurar la transparencia y proporcionar a los ciudadanos una vía para acceder a las nuevas normativas. Pero ¿quién necesita diarios oficiales cuando puedes tuitear tus decisiones directamente a tus ministros y diputados? El protocolo establece que después de la publicación en el Diario Oficial, debe transcurrir un periodo de tiempo antes de que la ley entre en vigor, garantizando así que los ciudadanos tengan tiempo de leer, adaptarse y entender las nuevas normas.

Bukele, en su visión reformista y disruptiva, ha decidido que un Tuit es suficiente para que una ley se haga efectiva. Esto no solo ignora el debido proceso, sino que también convierte al Diario Oficial en una especie de dinosaurio legal, obsoleto frente al dinamismo y la inmediatez de Twitter. Después de todo, ¿quién necesita tiempos de gracia cuando puedes tener leyes en tiempo real?

* Violaciones del Debido Proceso: La Era de los “Tuits-Decretos”.

La Constitución, el Derecho Civil y el Penal de El Salvador establecen claros mecanismos para la promulgación de leyes y decretos. Estos procedimientos aseguran que las decisiones se tomen con la debida deliberación, revisiones y consultas. En cambio, Bukele ha decidido que los “me gusta” y los “retuits” son la nueva forma de consulta pública. ¿Deliberación? No, gracias. Si un decreto no se viraliza, ¿acaso realmente existe?

La ausencia de los mecanismos tradicionales de publicación y revisión no solo destruye el debido proceso, sino que también plantea serias dudas sobre la legalidad y la legitimidad de las leyes promulgadas de esta manera. La Democracia, después de todo, no fue diseñada para ser un “trending topic”, sino un sistema con controles y equilibrios que aseguran la justicia y la equidad.

* La Redefinición del Poder Presidencial: Entre la Broma y la Realidad

Bukele no solo juega con las reglas, sino que también remodela la percepción del poder presidencial. Su estilo despreocupado no es solo un acto de comunicación moderna, sino una declaración de intenciones. En su visión, la presidencia no es un cargo que debe ser ejercido con solemnidad y respeto por los protocolos; es un escenario en el que se pueden lanzar decretos como si fueran tuits de 280 caracteres.

Si bien la innovación en la política es bienvenida, el respeto por las normas y procedimientos constitucionales  y del Derecho, no debería ser considerado una reliquia del pasado. La capacidad de un presidente para ordenar y modificar leyes mediante un tuit no solo destruye la estabilidad jurídica, sino que también convierte el proceso legislativo en una especie de comedia de improvisación.

* Conclusión: Un País en 280 Caracteres

En resumen, el estilo de Bukele de dictar leyes y decretos a través de Twitter es un ejemplo audaz de cómo la tecnología puede transformar la política, aunque no siempre para mejor. Mientras El Salvador navega por esta particular era de gobernanza digital, la pregunta queda en el aire: ¿estamos ante la era de la “Dictadura Tecnológica” o simplemente ante una broma pesada que no respeta ni los mínimos estándares legales?

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