Página de inicio » Editorial » Bukele es pro y para las oligarquías

Bukele es pro y para las oligarquías

Que un mandatario, independientemente de su militancia política o ideológica, busque acuerdos o diseñe políticas para que la gran empresa local o internacional invierta en un país, no tiene nada de malo. Es más, es necesario para contribuir al empleo formal y para el “pago de impuestos”.

Lo malo está en que privilegie sólo al gran capital, solo al gran empresariado, no solo facilitándoles las oportunidades, sino también excluyéndolos de pagar impuestos, como está ocurriendo en el ahora mal llamado “Centro Histórico” de San Salvador, en la capital salvadoreña.

Un reducido grupo de millonarios, entre ellos el clan Bukele, se han hecho de varios edificios valiéndose de una ley que les exime del pago de impuestos por diez años, en recompensa a la inversión. Y mientras el gobierno de Bukele da estas facilidades a los grandes empresarios y millonarios, persigue no solo a los vendedores ambulantes, sino también a los propietarios o inquilinos de espacios donde funcionan pequeños y medianos negocios, legalmente constituidos, de acuerdo a las normas vigentes antes de 2024.

¿Por qué decimos antes de 2024? Porque a partir de este año, la Autoridad de Planificación del Centro Histórico, dependiente de Casa Presidencial, ha definido una serie de normas que no solo exigen pintura de cierto color, sino que los edificios deben ser remodelados de acuerdo a esas normas, para que hagan juego con las nuevas edificaciones del “Centro Histórico”, y como los pequeños y medianos empresario no pueden hacer esas inversiones, son obligados a desalojar los lugares para que se los adquieran los nuevos millonarios, o los alquilan quienes pueden cubrir los costes.

Lo primero que Nayib Bukele hizo, como todo mundo sabe en San Salvador, fue desalojar a los vendedores ambulantes, porque la estética de los pobres que se ganan el pan de cada día vendiendo en carretones, en canastos, y hasta hace dos años en puestos en las aceras, afean la ciudad, no hacen contraste con la nueva estética bukeleana.

Pero a Bukele no solo le repudian las ventas, repudia también esos rostros entre cenizas y quemados de la gente del pueblo, ese 60 % que representa el comercio informal en El Salvador. Bukele nunca se preocupó por ofrecerle algo digno a los trabajadores ambulantes, a los pequeños y medianos empresarios, y así como él fue defenestrado por la oligarquía en El Club Campestre, así también lo hace contra ese 60% de los del sector informal que jamás llegarán a ser millonarios, porque su lógica no es la ACUMULACIÓN, sino el de ganarse el pan de cada día.

El sector por el cual Bukele gobierna es el de la oligarquía, el gran empresario, el que representa “quince veces el PIB de El Salvador”, como él mismo lo ha dicho.

«El pez por su boca muere”, dice el refrán de origen español. Y así es como de la boca del presidente inconstitucional quedó claro, en la cadena del domingo 23 de febrero, para quien gobierna, para quienes quieren seguir gobernando:

“Queremos ser un país full libertad empresarial, capitalista, pro empresa, un gobierno lo más fuerte, pero pequeño posible, que no tenga grasa, solo músculo; pero que ese músculo vaya a enseñar a pescar, a invertir en educación, a invertir en infraestructura productiva, infraestructura en salud e invertir en esos proyectos de país”.

Por lo que “ha permitido generar un entorno más favorable” para el desarrollo empresarial, “impulsando la modernización del país y fomentando nuevas oportunidades de inversión”.

Bukele también criticó a la izquierda y afirmó que esta “le ha vendido a la gente”, la idea que -quitarle a los empresarios para darle a los pobres-  “cuando lo único que va hacer eso es desaparecer (a) los empresarios y que no haya para ninguno”.

Lo anterior, como motivo de la cena ofrecida a una veintena de los empresarios más ricos de América Latina, que realizaron en El Salvador la reunión anual de “padres e hijos”.

Ver también

Al gobierno no le importa ni la salud ni la educación de los salvadoreños pobres

Sí, así como lo dice el titular, al gobierno del presidente Nayib Bukele no le …