Hace más de tres días en su cuenta de Twitter el presidente Nayib Bukele expresó: “Decían que era imposible. Que el Gobierno salvadoreño no podía hacer nada. Pero nosotros sabíamos que nuestros aliados no nos dejarían solos… Pero gracias a Dios, el TPS se logró”.
El anuncio anterior fue respaldado por el embajador de Estados Unidos en El Salvador, Ronald Douglas Johnson quienes aparecieron juntos en un pequeño video para redes sociales.
Pero no es cierto. El presidente Bukele no logró, pese a su amistad con el gobierno de Donald Trump, la extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés).
La misma Secretaría de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) se encargó de enmendar o desmentir –como mejor le guste– lo dicho por el gobierno de Bukele y el embajador estadounidense, cuando también en redes sociales y en la página web de la embajada, publicó: “El secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan anunció en Washington D.C. que el gobierno de los Estados Unidos decidió otorgar una extensión de un año a los permisos de trabajo para los ciudadanos salvadoreños elegibles que se encuentran en Estados Unidos bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS), hasta el 4 de enero de 2021. Esto significa que los salvadoreños tendrán un año más para poder residir y trabajar en EE.UU. de manera legal. Además, a los salvadoreños beneficiados con esta decisión se les otorgará un período de transición, luego de que las cortes den una resolución judicial que se espera para mediados de 2020, a los casos relacionados con el TPS”.
La cadena internacional de televisión CNN también en sus noticieros y en su página web tituló: “No es una extensión de TPS a salvadoreños; sino de un permiso de trabajo en EE.UU.”.
Luego, agrega: “Ante la confusión creada el lunes por presidente de El Salvador, Nayib Bukele que publicó que se había extendido el TPS para sus ciudadanos residentes en EE.UU., el gobierno estadounidense aclaró que tras ciertos acuerdos y concesiones, lo que se obtuvo es la extensión del permiso de trabajo para salvadoreños en Estados Unidos”.
En enero de 2018, en el gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén sucedió algo similar, y que erróneamente algunos medios lo confundimos con la extensión del TPS para un año más. En aquella ocasión siendo candidato el ahora presidente Bukele se encargó de desmentir el supuesto manejo del gobierno de El Salvador, cuando en su cuenta de twitter escribió: “Sobre la cancelación del TPS:
1. El manejo del Gobierno de que el TPS ha sido renovado otra vez es falso y no solo es una táctica de comunicación (de muy mal gusto por cierto). El TPS ha sido cancelado y lo que se ha dado son 18 meses de plazo para una transición ordenada”.
Pues eso mismo que el ahora presidente de la República aclaraba siendo candidato es lo que ha ocurrido en su gobierno, y no por todas las concesiones que el gobierno de Bukele ha dado a Estados Unidos; sino porque el tema del TPS esta en terreno judicial, gracias a una jovencita “tepesiana” de nombre Crista Ramos, quien sería la verdadera responsable de la extensión de los permisos de trabajo.
Y es que la joven salvadoreña Crista Ramos, de 14 años “tuvo la osadía de demandar ante una Corte de California a Kirstjen Nielsen, funcionaria de la Administración Trump”. La demanda es conocida como “Ramos versus Nielsen”. Gracias a esta demanda, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) tuvo que extender los permisos de trabajo que se otorgan junto al Estatus de Protección Temporal (TPS) de El Salvador, Nicaragua, Haití y Sudán.
Sobre la osadía y valentía de Crista, Emilou MacLean abogado de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), en San Francisco, California expresó: “Se necesita mucho coraje para levantarse y decir ‘Estoy dispuesto a poner mi nombre al frente y al centro en contra de la administración de Trump cuando algo se siente injusto’. Ella ha demostrado una enorme cantidad de fuerza interior y realmente ve esto como parte de la búsqueda de la justicia”.
Ocultar el papel fundamental de la demanda de Crista Ramos, para favorecer a los cerca de 200,000 beneficiados del programa TPS, también es de “muy mal gusto”.
Esto no significa que el gobierno de Bukele no haya hecho algún esfuerzo; pero no ha logrado nada extraordinario, pues se dio lo que tenía que darse con o sin la intervención del gobierno.
Parece que al presidente Bukele no le funcionó la “táctica de comunicación” en la manipulación del tema de los “tepesianos”, lo que no que le inhibe a buscar verdaderas concesiones del gobierno de los Estados Unidos para la verdadera extensión del TPS; pues en tanto que es un programa de gobierno, esta en la potestad de hacerlo. Lo otro sería lograr que en el Congreso de los Estados Unidos dictaminen una ley para darle otros estatus migratorios a los beneficiados, desde 2001, con el TPS. Esto sí puede hacerlo el gobierno del presidente Bukele, y si lo logra no solo lo aplaudirían los beneficiados del TPS; sino, El Salvador entero.
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