Editorial
El presidente Inconstitucional de El Salvador, Nayib Bukele, a través de las redes sociales criticó el triunfo, hasta hoy genuino, de Nicolás Maduro, tras calificarlo de fraude. Inmediatamente vinieron las críticas a Bukele, desde la oposición, algunos de derecha y otros de izquierda. Pero también hubo respaldo al proceso electoral y a Maduro por parte de la mayor parte de los de izquierda. A estos los criticó la derecha y uno que otro despistado de izquierda.
Las opiniones de Bukele contra Maduro y el resultado electoral de Venezuela debe criticarse a partir del rol de presidente inconstitucional del primero.
Es decir, Bukele no puede criticar un proceso electoral en Venezuela, porque lo hace a partir de un interés político y no por el conocimiento de la forma electoral de los venezolanos. Todo mundo sabe que Bukele respalda a la oposición de Venezuela, así lo dejó demostrado cuando reconoció como presidente de Venezuela a Juan Guaidó, ilegalmente nombrado por el Parlamento Venezolano, controlado por la oposición, y porque, su principal grupo de asesores eran parte de los asesores del ilegítimo Guaidó.
Guaidó, por cierto, nunca puso un pie en el Palacio de Miraflores, pues allí estuvo los 6 años de gobierno del legítimo presidente Nicolás Maduro. Guaidó sirvió, tras el reconocimiento de los Estados Unidos y de otros países de la misma órbita, para hacer daño a Venezuela, a su gobierno y a su pueblo, al imponer sanciones casi parecido al impuesto a Cuba desde la década de los 60.
Volviendo al tema original, es preciso criticar a Bukele porque participó en una elección violando 6 artículos de la Constitución, independientemente que haya triunfado con un abrumador voto popular. Es decir, Bukele violentó el principal contrato social, de acuerdo con los padres de la democracia moderna, y a partir de este hecho pues es un fraude al país, un fraude a la ley primaria, un fraude a la buena voluntad de sus súbditos.
Por otra parte, Bukele no puede hablar de fraude, cuando expertos internacionales dan fe que el sistema electoral de los venezolanos es de los más seguros del mundo. Y esto no es propaganda, así lo dicen expertos en informática, tanto oficialismo como opositores en Venezuela, pero, sobre todo, extranjeros que, elecciones tras elecciones en Venezuela han estado como visores en el proceso, y dan fe de ello.
Dado que no se descartan acciones imprevistas como el jaqueo que se intentó dar al proceso a la hora de recoger las actas, el Código Electoral de Venezuela ha contemplado hasta un periodo de un mes para entregar la información oficial a los actores, es decir los candidatos, a sabiendas que cada partido o candidato tiene su propia información producto de su participación en las diferentes instancias desde el momento de elección.
Eugenio Chicas, un experto en procesos electorales y un experto en el proceso electoral de Venezuela ha dicho que puede calificar las elecciones en Venezuela como “Técnicamente buena”. Una frase de gran valor, pues en ella reúne todos los elementos confiables del resultado electoral de Venezuela, dado que esta ha cumplido 15 de las 17 auditorías que contempla el sistema automatizado electoral.
Bukele, cuya presidencia segunda es inconstitucional, calificó de fraude el triunfo de Nicolás Maduro, sin tan siquiera hacer referencia cual o cuantas auditorías fueron violentadas en Venezuela. Y se dejó llevar por la consigna de la derecha internacional, como lo denunció Maduro, de desconocer el resultado electoral.
Otros se han referido a otro punto que amerita tener una discusión más profunda, desconocer a Maduro “porque es un dictador” y Bukele va por el mismo camino.
En primer lugar, es necesario decir que Venezuela, con Hugo Chávez como presidente no solo promovió una nueva Constitución en Venezuela, sino que hizo una importante enmienda, en febrero de 2009, con el fin de permitir la reelección inmediata de cualquier cargo de elección popular de manera continua o indefinida. Esta enmienda se hizo a través de un Referéndum Aprobatorio. Por cierto, esto es lo que no hizo Bukele en El Salvador, es decir, modificar la Constitución antes para reelegirse de forma inmediata.
Es decir, de acuerdo con la Constitución Venezolana la reelección, mediante el voto o las elecciones de forma indefinida es permitida. Esto les puede gustar a unos y a otros no, sean de derecha o de izquierda, pero, esto es lo que deben debatir en cada país, en el caso de los venezolanos así lo decidieron, y por eso es por lo que Maduro va a un tercer periodo.
El otro tema que es necesario debatirlo a la luz de la teoría política, no si aquello es bueno o malo, o me gusta o no me gusta, es el de la democracia y la dictadura. Los de izquierda en El Salvador, solo deben recordar que entre su formación política estaba el tema de la “Dictadura del Proletariado”. Esto hay que discutirlo, pero seriamente, para superar la confusión que la orfandad política ha generado entre hombres y mujeres progresistas y de izquierda, y no lograr analizar adecuadamente los fenómenos aquí planteados.