@arpassv
Para hacer contrapeso público a las actividades de la “Semana de la Transparencia” organizada por el Ejecutivo, el sector oenegero de la derecha oligárquica ha montado varios eventos sobre transparencia y anticorrupción. Hipocresía y doble moral a la cartilla o, en dicho popular, “burros hablando de orejas”.
Aglutinadas en un tal “Consorcio por la Transparencia”, FUSADES y FUNDE exigen al gobierno acceso a la información, transparencia y rendición de cuentas.
Por cierto, dicho consorcio no critica a la Sala de lo Constitucional por establecer nuevos criterios para denegar información pública, algo que constituye un verdadero atentado contra el derecho de información tan pregonado por los voceros de las referidas ONG cercanas al partido ARENA.
¿Cómo se atreve a hablar de transparencia FUSADES después de descubrirse que evadió el pago de impuestos por la venta de una microfinanciera y colocó más de 50 millones de dólares en empresas offshore ubicadas en paraísos fiscales? ¿Tiene solvencia para exigir rendición de cuentas a pesar de que uno de sus representantes (el ex secretario jurídico de la Presidencia Luis Mario Rodríguez) podría estar vinculado con la corrupción de Antonio Saca?
¿Cómo se atreve a hablar de anticorrupción FUNDE, si su director ejecutivo Roberto Rubio recibió pagos de la partida secreta de gobiernos de ARENA? Este paladín de la transparencia ¿por qué no mejor devuelve el dinero mal obtenido o aclara si pagó impuestos y declaró su patrimonio en la Sección de Probidad?
Una de las demandas del Consorcio es que la elección de los nuevos magistrados de la Sala Constitucional sea transparente y los elegidos sean independientes.
Lo que quieren decir en realidad es que sean magistrados serviles a los intereses oligárquicos y alineados a la estrategia de desestabilización de la derecha oligárquica, como son los actuales miembros de la Sala.
Por eso, la ciudadanía democrática y todos los sectores decentes deben repudiar la hipocresía y doble moral de los tristemente célebres personeros de FUSADES, FUNDE y otras instancias menos relevantes que levantan la bandera de la transparencia y anticorrupción sin tener solvencia ética para hacerlo.
Son “burros hablando de orejas”.