Isaac Bigio*
El primer ministro más halcón que ha tenido Israel, es acusado por múltiples cargos judiciales pero intenta evitarlo ganando un nuevo mandato.
Israel se encuentra en una serie crisis política, debido al proceso de imputaciones contra su primer ministro Benjamín “Bibi” Netanyahu, a quien el fiscal general de la nación Avichai Mandelblit, le está presentando cargos por tres casos diferentes, los cuales incluyen fraude y corrupción.
Según Ha’aretz (uno de los principales diarios hebreos), tanto él como sus otros tres antecesores en el cargo (Ehud Olmert, Ehud Barak y Ariel Sharon), han sido objeto de investigaciones judiciales, mientras que el actual ministro de defensa Avidor Lieberman y todos los directivos de su partido “Nuestra Casa Israel” (el cual propone la separación y transferencia étnica de todos los árabes no judíos de Israel), están implicados en haber hecho inexplicables tratos por millones de dólares en el este europeo.
Mientras Olmert renunció a su puesto debido a esas acusaciones, “Bibi” quiere mantenerse en éste. A pesar que se estipula que una persona con tantos cargos debería emplear su tiempo para hacer frente a éstos, él está dispuesto a seguir como mandatario de Israel y tratar de conciliar las demandas de tiempo que le obliga dicho proceso con las que debe hacer como jefe del gobierno.
Al parecer “Bibi” quiere aprovecharse de éstas imputaciones, para presentar la imagen que es una víctima de una persecución política y aprobar luego una ley que le de inmunidad como jefe de gobierno.
Benjamin Netanyahu
Netanyahu es el primer jefe de gobierno de dicho país que nació en su tierra, pues todos los anteriores ocho primeros ministros israelíes fueron emigrantes o colonos. Él es el único que ha gobernado de manera ininterrumpida durante una década, si logra ser reelecto podría superar sus actuales trece años en el poder durante dos periodos diferentes y traspasar a David Ben Gurion, el fundador del Estado de Israel, como el primer ministro que más tiempo ha estado a la cabeza de dicho país.
Ben Gurion y Netanyahu son caras opuestas. El primero fue el jefe del laborismo, que quiso hacer una democracia secular con muchos elementos de bienestar social y colectivismo, mientras que el segundo es el hijo del secretario privado de Zeev Jabotinski (el rival de los laboristas dentro del sionismo que se acercaba a los fascistas de Mussolini y que querían crear un Estado judío en todo el territorio que hoy ocupan Israel y Jordania, incluyendo las zonas palestinas).
Los laboristas encabezaron ininterrumpidamente a Israel durante sus primeras tres décadas (de 1948 a 1977), fueron responsables de la consolidación del Estado, de su ejército y del servicio secreto, así como de comandar las cuatro guerras contra otros Estados que libró Israel (1947-48, 1956, 1967 y 1973).
En 1977 el Likud, un movimiento fundado por Jabotinski, llegó por primera vez al gobierno de Israel apoyándose en la nueva emigración de judíos orientales. Su primer gobernante fue Menahem Beguin, quien a su vez, fue el primero en lograr la paz con Egipto.
El derechista Likud, se fue diferenciando del laborismo en la cuestión social y sobre todo en la territorial. Mientras los laboristas estaban dispuestos a aceptar un pequeño Estado palestino, dentro de las zonas capturadas a Egipto y Jordania en la guerra de los seis días de 1967, el Likud tendía a presentar objeciones a ello y condujo a varias incursiones militares a Líbano y Gaza, franja palestina a la cual uno de sus gobernantes accedió a retirar sus fuerzas debido a la ingobernabilidad de dicho territorio.
Neo-liberalismo y expansionismo
Estos fueron los lineamientos que ha tenido Israel bajo el premierato de Netanyahu (junio 1996- julio 1999 y desde el 31 de marzo del 2009 hasta la fecha). “Bibi” ha privatizado empresas estatales, ha querido levantar la economía con mecanismos monetaristas.
En la cuestión de qué hacer con los territorios ocupados después de la guerra de 1967, él se ha negado a dar paso a un Estado palestino y ha seguido impulsando la construcción de asentamientos colonos en dichas tierras, lo cual en los hechos ha hecho inviable la creación de una República Árabe, ya que gran parte de sus áreas están colonizadas por nuevas urbes hebreas; las mismas que cortan la continuidad entre las zonas no judías. A eso se suma un mega-muro que parte comarcas palestinas
A fin de mantenerse en el poder Netanyahu, ha buscado transformar a Irán en un enemigo mortal contra el cual deben unírsele todos los israelíes aduciendo que éste prepara un ataque nuclear y un cerco gracias a sus avances en Irak, Siria y Líbano.
*Historiador y Politólogo economista formado en la London School of Economics donde enseñó
ciencias políticas.