@RosmeriAlfaro
A diferencia de otras plantas, uno de los beneficios del cacao es que requiere sombra para crecer. Al sembrar una planta de cacao no solo se generan condiciones de vida, y se tiene un flujo económico mayor, también se cuida el medio ambiente.
En El Salvador, la producción de cacao se ha reducido básicamente a una forma doméstica, estrictamente limitada y sin plantaciones comerciales registradas.
Con el fin de contribuir a la resiliencia ambiental la Alianza Cacao El Salvador promueve un sistema agroforestal el cual permite a los productores, potenciar la plantación de árboles frutales y de otras especies, los cuales permite tener, además del ingreso del cacao, ingresos adicionales con estos cultivos.
Se estima que para el 2020 se consumirá un millón de toneladas métricas más de lo producido, y para 2030, el déficit de chocolate alcanzaría los 2 millones de toneladas. Este creciente consumo de cacao presenta una oportunidad de posicionar nuevamente a El Salvador en el mercado mundial de cacao.
De acuerdo con Gilberto Amaya, director ejecutivo de la Alianza Cacao El Salvador, otro de los puntos en los que se enfoca la Alianza es en estimular la producción de cacao fino de aroma para obtener mejores oportunidades de negocios en el mercado nacional, regional e internacional.
Fino de aroma, es una clasificación de la Organización Internacional del Cacao (ICCO) que describe un cacao de exquisito aroma y sabor. Un atractivo para la producción de chocolates finos para los mercados especiales y gourmet.
“El cacao puede renacer en el país con una gran fuerza, particularmente porque es un mercado grande”, dijo Amaya.
Por el momento el país no exporta ya que se tiene solo 400 hectáreas de plantación y una producción por debajo de las 200 toneladas métricas, al contrario, importa más de 1,000 toneladas de cacao y productos semi elaborados.
“En la medida que vayamos produciendo más cacao en el país vamos a ir sustituyendo importaciones”, aseguró.
Además, de la rentabilidad económica, el cacao produce rentabilidad social, ya que todo lo relacionado a su manejo genera empleos permitiendo que exista un arraigo en los jóvenes, particularmente en la zona rural, para evitar la migración y bajar los niveles de inseguridad, indicó Amaya.
“En los dos años que lleva el proyecto se han generado más de 3,000 empleos y se espera incrementar”, agregó.
De momento, la meta de la Alianza del Cacao es sembrar 6500 hectáreas de cacao para establecer las bases y crear un modelo de desarrollo que sea replicable y escalable.
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