Iván Escobar
Colaborador
@DiarioCoLatino
El Consejo Ancestral de los Comunes de los Territorios Indígenas (CACTI) y la Alcaldía del Común de Izalco celebraron este miércoles 21 de diciembre la ceremonia ancestral por el solsticio de invierno, con la cual cierran el ciclo anual actual y comienzan un nuevo amanecer.
En la cosmovisión indígena, este día es considero el de mayor energía y fuerza que permite cerrar el círculo de vida de un año, y se da paso al encuentro para avanzar en el andar de lucha y resistencia de las comunidades originarias.
El significado o interpretación de este evento ha variado en las distintas culturas del mundo, pero la mayoría de ellas lo reconocen como un período de renovación y re-nacimiento, que conlleva festivales, ferias, reuniones, rituales u otras celebraciones, indicaron los representantes del CACTI.
El Tata Rafael Latin, alcalde del Común de esta localidad, al cierre de la ceremonia reiteró el llamado a las distintas comunidades indígena del país a trabajar en unidad en este nuevo tiempo, “porque vienen días difíciles y si estamos unidos podremos enfrentarlo mejor”, aseveró.
La ceremonia tuvo lugar en la sede de la alcaldía del Común, y reunió a tatas de esta localidad, San Antonio del Monte, así como personas interesados en la temática y cosmovisión indígena.
“El fuego ha tenido muchas revelaciones hoy”, destacó el Tata Victor Ramos, de San Antonio del Monte.
Con esta ceremonia las comunidades indígenas reciben el nuevo año, y buscan rescatar la memoria indígena ancestral, “que se ha invisibilidad y ocultado, y se impuso para estas fechas la festividad de navidad”, recordó Manuel Fernández, de Santiago Texacuangos.
Este día acudieron a la ceremonia varias personas que además conocieron más sobre una tradición ancestral, y los métodos de los Tatas a la horas de hacer una ceremonia de este tipo.
El Tata Antonio Zarco, de Nahuizalco, y el Tata Víctor Ramos desarrollaron la ceremonia, la cual inicia con el permiso a los cuatro elementos: fuego, aire, agua y la madre tierra, y donde el fuego sagrado representa la fuerza natural del creador y formador de vida, y la presencia de los ancestros.