Washington/AFP
La detenciones de «personas no admisibles», es decir inmigrantes clandestinos, en la frontera entre Estados Unidos con México se redujeron 40% en febrero respecto a enero, afirmó el gobierno estadounidense, atribuyendo esa evolución a la política del presidente Donald Trump.
«La caída del número de detenciones muestra un cambio marcado de tendencia», aseguró el secretario de Seguridad Interior, John Kelly.
«Desde la entrada en vigor de los decretos del Poder Ejecutivo destinados a fortalecer las leyes migratorias, las detenciones y los movimientos de personas no admisibles (inmigrantes ilegales) tienden a un mínimo mensual desde los últimos cinco años al menos», se felicitó.
Habitualmente, las detenciones de inmigrantes clandestinos por los servicios aduaneros y de protección fronteriza aumentan entre 10 y 20% cada año entre enero y febrero, afirmó Kelly.
«Por el contrario, este año hemos asistido a una caída del número de detenciones, de 31.578 a 18.762, es decir una disminución de 40%», agregó.
«Estos primeros resultados muestran que la aplicación de las leyes tiene un impacto, que la disuasión tiene un impacto, y que una aplicación efectiva de los textos en materia de inmigración tiene un impacto», declaró Kelly.
Maras emigran al sur de México
Líderes empresariales locales detectaron en los últimos meses la presencia de miembros de maras centroamericanas en el sur de México, que habrían llegado huyendo de la mayor presión policial en sus países, informaron este martes a la AFP.
Según estos empresarios, los integrantes de dichas pandillas estuvieron detrás de los violentos saqueos que se registraron en Tapachula, en el estado de Chiapas (sureste), en enero coincidiendo con las protestas por el aumento del precio de la gasolina en todo México.
«El seis de enero aquí hubo vandalismo y estuvo descontrolado. Nos dimos cuenta que en Tapachula estaban los maras y que estaban incrementándose», dice Carlos Murillo, titular de Canaco-Servytur, la cámara que agrupa a los comerciantes de la ciudad.
El 15 de febrero, la secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Chiapas informó de la detención de 103 presuntos integrantes de maras por delitos del fuero común y faltas administrativas.
Los representantes de las cámaras empresariales consideran que dicho aumento obedece a los operativos que desde el año pasado realizan las autoridades de El Salvador, Honduras y Guatemala contra esos grupos.
«Han estado combatiendo la cuestión de las maras y estas están retornando nuevamente a México», dijo Fidel Gómez, presidente de la delegación local de la Cámara Mexicana de la Industria de la Transformación.
Los tres países centroamericanos, que conforman el Triángulo Norte de Centroamérica, firmaron en agosto de 2016 una estrategia común para enfrentar el problema, que incluye el trabajo en común de las fiscalías y una fuerza de los ejércitos y policías.
Entre las tres naciones registraron 16.000 homicidios en 2016, con lo que la zona se mantiene como una de las regiones sin guerra más violentas del mundo.
Según José Antonio Toriello, dirigente en Chiapas de la Confederación Patronal de la República Mexicana, las maras «han contaminado algunas colonias populares de Tapachula», localidad en la frontera con Guatemala.
La presencia de pandilleros centroamericanos en la zona se ha incrementado también por la dificultad que tienen ahora para llegar a Estados Unidos ante la postura migratoria más dura de las autoridades estadounidenses, subrayó por su parte Murillo.