Por Daniel Merolla
Buenos Aires/AFP
El presidente argentino Mauricio Macri produjo el lunes un sismo político al relevar al ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, con una economía en recesión y reformas impopulares en su primer año de gobierno.
«El Presidente le pidió la renuncia (a Prat Gay). Es un tema de diferencias políticas», anunció el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en una sorpresiva conferencia de prensa.
La caída del mayor responsable de la política económica argentina vino también de la mano de una reforma, al ser dividida la cartera en dos y nombrados los economistas liberales Luis Caputo (Finanzas) y Nicolás Dujovne (Hacienda).
La economía acumula en el año un derrumbe de 2,4%, tras los ajustes aplicados por Macri para afrontar un pesado déficit fiscal y atraer inversiones. La recesión comenzó con la devaluación de 32% dispuesta por Macri al asumir en diciembre de 2015 y se ahondó con una inflación anual de más de 40%, con fuerte caída del poder adquisitivo de los salarios y el consumo, según consultoras económicas.
Macri está de vacaciones en la paradisíaca ciudad de Villa La Angostura (sudoeste), en la región de los lagos andinos. Peña elogió a Caputo por ser el funcionario que hasta ahora conducía el área de financiamiento público.
En cambio, Dujovne es director de una consultora de mercado y formó parte de la Fundación Pensar, un tanque de ideas de la gobernante alianza Cambiemos, que une a derechistas con socialdemócratas.
Siete de cada diez argentinos piensa que Macri «gobierna para los ricos», según una encuesta de la consultora CEOP, del sociólogo Roberto Bacman.
Macri bajó los impuestos a grandes productores del campo y de la minería, mientras que aumentó la presión tributaria sobre sectores medios y asalariados, incluso con un ‘tarifazo’ en los precios de la energía. Puso, además, un tope a los reajustes de salarios, que perdieron poder frente a una elevada inflación. Redujo también el presupuesto de ciencia y tecnología.
Endeudamiento
Prat-Gay mantenía diferencias con el titular del Banco Central (autoridad monetaria), Adolfo Sturzenegger, a quien le pedía bajar la tasa de interés de 25% para reactivar la economía. Pero Sturzenegger mantiene alto el tipo de interés con el argumento de que se debe derrotar la inflación.
La misión de Caputo será «conseguir financiamiento», dijo Peña. Caputo tuvo un rol crucial en las negociaciones para poner fin al agotador conflicto judicial con acreedores ultraespeculativos («fondos buitres»).
Argentina volvió así al mercado financiero mundial. Dejó atrás la política estatista y de desendeudamiento del gobierno de centroizquierda de Cristina Kirchner (2007-2015). «Caputo viene manejando muy bien el tema de las finanzas», elogió Peña.
Argentina fue este año líder en captación de fondos. Sumó casi 50.000 millones de dólares a su de deuda pública y la hizo saltar del 42% al 53% del producto interno bruto.
Regreso al FMI
Dujovne fue economista jefe del privado Banco Galicia (capitales locales) y consultor del Banco Mundial. «Es muy valioso por su experiencia», lo presentó Peña.
El flamante ministro de Hacienda había mantenido discrepancias con la política de shock del gobierno con el ‘tarifazo’, que motivó protestas callejeras y una maraña judicial de reclamos.
En un reciente informe, dijo que Argentina podría pedir préstamos al Fondo Monetario Internacional (FMI) si suben en exceso las tasas de interés cuando asuma en Estados Unidos el presidente electo, Donald Trump.
El FMI ha elogiado las reformas de Macri en favor de los mercados.
Casi ningún sector de la economía se salvó del desplome en 2016, salvo entidades financieras, exportadores agrícolas y empresas mineras.
La industria arrastra una caída interanual de más de 5%. La cámara de comerciantes ha denunciado que debieron cerrar sus puertas más de 6.000 negocios. Organizaciones de pequeños y medianos empresarios señalan que las quiebras castigaron a más de 2.000 de sus afiliados.
Los despidos de trabajadores en sectores públicos y privados suman 200.000, según la consultora CEPA.