Por Liliana Samuel/Buenos Aires/AFP
El mercado cambiario abrió en calma este viernes en Argentina en el segundo día tras la eliminación del control que rigió durante cuatro años, medida que hundió al peso en casi 30%, alimentando temores por el impacto en la inflación.
En la apertura de los mercados, el dólar se vendía este viernes a 14 pesos en casas de cambio, el mismo del cierre del jueves, día en que la divisa estadounidense tuvo una apreciación de 40% en Argentina en relación al miércoles, cuando aún estaba vigente el llamado ‘cepo’ cambiario.
Los argentinos están autorizados ahora a comprar hasta dos millones de dólares por mes, pero se fijó en 500 dólares mensuales el límite máximo para comprar en efectivo sin bancarizar, precisó el Banco Central.
La moneda argentina se devaluó el jueves casi un 30%, más que en 2002 cuando se puso fin a la paridad cambiaria vigente entre 1991 y 2001 en medio de una crisis económica y social sin precedentes.
La ‘city’ volvió a abrir este viernes sin signos de histeria y con pocas casas de cambio abiertas, tras un primer día tranquilo con pocas compras de dólares y sin corridas.
El economista Marcos Lavagna, de la consultora Ecolatina, consideró «bueno» que «no haya habido una desesperación por el dólar», una verdadera obsesión para los argentinos.
«Estamos muy tranquilos. No hubo casi ventas (de dólares) en el mercado minorista. La única plaza activa fue la mayorista», destacó la noche del jueves el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay.
El ministro precisó que «lo que faltaron fueron compradores, más que vendedores. De hecho, las cerealeras no vendieron (divisas) todo lo que tenían previsto».
Tras la eliminación de los impuestos a las exportaciones de cereales y carnes, y la reducción del 35 al 30% en la soja, las cerealeras se comprometieron a liquidar 400 millones de dólares por día en tres semanas.
El gobierno espera el ingreso de entre 15.000 a 25.000 millones de dólares en las próximas cuatro semanas para reforzar las alicaídas reservas, que este jueves estaban en 24.142 millones de dólares.
«El que quiera importar, exportar o comprar dólares lo va a poder hacer», lanzó Prat Gay al anunciar la liberación del mercado.
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, aclaró luego que la importación no se abrirá «de manera indiscriminada», un temor de las pequeñas y medianas industrias nacionales.
«Camino drástico»
El economista Aldo Ferrer calificó de «camino drástico» el elegido por el nuevo gobierno de derecha de Mauricio Macri para «corregir el atraso cambiario y una situación fiscal desequilibrada» en Argentina.
Sin embargo, destacó que tras el término del mandato de Cristina Kirchner (2007/2015) la tercera economía de América Latina dista de estar sumergida en una crisis.
«No había caos antes y tampoco va a haberlo ahora», destacó Ferrer al recordar que el país «está desendeudado».
Mario Blejer, uno de los asesores económicos del excandidato presidencial del kirchnerismo, Daniel Scioli, elogió la eliminación del control cambiario.
Como expresidente del Banco Central, Blejer consideró que es «un paso en la dirección correcta», en declaraciones a la radio Vorterix.
Inflación y ajustes
Pero frente al beneplácito de los mercados, el campo, los exportadores y un clima favorable, se prenden luces de alarma por el impacto en la inflación y los salarios, en un país dividido.
Un salario mínimo de 5.588 pesos en diciembre equivalía a 568 dólares hasta el miércoles, hoy equivale a 400 dólares.
«La prioridad pasa por cuidar el bolsillo de los trabajadores», aseguró el viernes el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Sindicalistas reclamaron al gobierno el pago de un bono de fin de año que compense la pérdida del poder adquisitivo del salario, cuando se empieza a oír voces de protesta.
«No vamos a permitir que la crisis solo la paguen los trabajadores», advirtió el sindicalista Leonardo Fabré.
A una semana de asumir tras ganar la segunda vuelta electoral con 51%, Macri fue blanco el jueves de una primera multitudinaria manifestación en su contra frente al Congreso con el apoyo del kirchnerismo, cuyo candidato Scioli había obtenido cerca del 49% de los votos.
Economistas pronostican un primer semestre de 2016 «malo». Se estima que en diciembre el alza de precios se ubicará entre 3,5 y 4%, en un país con inflación de 30% anual.
«Es un momento difícil que hay que pasar», dijo el economista Orlando Ferreres.
Consideró que «la suba en las tasas de interés es muy buena, a la vez los empresarios tienen que moderar la suba de precios porque este gobierno está visto como el gobierno de ellos».