Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino
La finca de café El Cascajal se extiende en 630 manzanas, que se dividen en la plantación, el beneficio y un bosque en que habitan centenares de aves y orquídeas. Instalado en el municipio de Esquipulas, departamento de Chiquimula, Guatemala, es por ahora el único beneficio húmedo que trabaja a través de la conservación de los recursos naturales.
Francisco Amado Palencia, propietario de la finca El Cascajal, consideró que el beneficio es una propuesta concreta en Guatemala para el tratamiento de las aguas mieles, desde un proceso que busca reducir la contaminación, generar empleos y elevar la calidad del café de exportación guatemalteco.
“Con este sistema lo que evitamos es la contaminación a gran escala que tradicionalmente siempre ha existido. Es inevitable contaminar a menos que uno quiera invertir en el proceso de las aguas mieles y sólidos producidos por el café. Es el compromiso de contribuir al cuido del medioambiente y tener la conciencia tranquila, que podemos producir sin tener que ofender a nadie y menos al medioambiente”, afirmó.
Sin embargo, los desafíos que enfrenta esta industria en el mercado internacional, el precio del quintal de café se encuentra en su nivel más bajo, indicó Palencia, desde los últimos tres años atrás, mientras los costos de producción se elevan. Y siendo Café Cascajal el único beneficio húmedo en su territorio nacional, su operatividad provoca aprietos financieramente.
“Como Café Cascajal, no solo contribuimos al ámbito económico al generar más de mil empleos, también cuidamos del medioambiente. Y somos los únicos en Guatemala, comenzamos con esta empresa hace algunos años cuando el precio era bonancible, pero eso no significa que vamos a dejarlo o salirnos, de un año para otro, vamos a hacer frente a la situación mientras mejoran los tiempos”, manifestó.
La decisión de un beneficio húmedo no solo es una alternativa de la industria del café, también le ha permitido a Café Cascajal lograr reconocimientos internacionales de entidades como: Rainforest Alliance, UTZ, 4C y STARBUCKS, certificaciones que garantizan a consumidores alrededor del planeta que sus productos cuentan con aprobación por sus prácticas ambientales, orgánicas y éticas. “Reconvertir la industria del café sería bueno. En un mundo tan contaminado debemos aportar, para no contaminar, pero deberían los gobiernos facilitar incentivos para empresarios que queremos hacer las cosas bien. Con nuestro beneficio húmedo nadie nos reembolsa gasto para limpiar y reutilizar el agua miel, entonces sería un buen incentivo el tema de los impuestos”, sugirió.
Con una capacidad de procesar ocho mil quintales diarios de café y respecto al beneficio El Cascajal, Luis Martínez, gerente administrador de la finca, explicó la importancia del innovador tratamiento de las aguas mieles, con el uso de bacterias anaerobias que producen biogás, y así evitar gases de efecto invernadero.
“Las bacterias anaerobias se comen la materia orgánica que tiene el agua miel, transformándola en gas. Este proceso se inició hace seis años, con un proyecto ofrecido por Holanda a Guatemala. La finca El Cascajal, pese a no ser el beneficio más grande, asumió el reto del proyecto y tuvo que poner una contrapartida a los 280 mil euros. Estamos hablando de más o menos, dos millones y medio de quetzales”, narró.
El beneficio El Cascajal trabaja bajo el principio de las tres “R”: reciclar, recircular y reducir, en el tratamiento de las aguas mieles y, según Martínez, el agua que se trae del río se utiliza por tres días y sirve para despulpar y lavar el grano de café. Al terminar su ciclo se descontamina antes de ser utilizada para riego de pastizales, esta agua no se devuelve a los ríos.
“Se realizó un estudio técnico del beneficio, y de acuerdo a los resultados, no somos un ente generador de desechos porque reutilizamos el agua y podemos limpiarla, lastimosamente, solo podemos lograrlo en un 85 a 90 %, pero estamos cumpliendo con los parámetros de la legislación guatemalteca, en el tema del agua, y estamos adelantados a la legislación hasta para el 2024”, reiteró.
La infraestructura de la planta de tratamiento para aguas mieles tiene un costo de 280 mil euros, sin sumar otros gastos para la operatividad e insumos en el año, en su mantenimiento. Así como la contratación de personal, la asignación de horarios de 24 horas, para un buen desempeño, ya que puede procesar en apogeo 600 mil quintales de café, que tiene factibilidad para 20 años de trabajo óptimo.
“Esta planta trabaja como un reloj, es exacta y cualquier imprevisto será por error humano. Aquí el gas que se produce (bacterias anaerobias) se utilizan para el secado de café, en una caldera que alimenta de calor a las secadoras. También las cocinas que preparan alimentos del personal y para la misma planta de tratamiento. Las bacterias necesitan temperaturas de 35 grados, así que calentamos para llegar a los 30-35 grados, y así, las bacterias producen más gas. Trabajamos con el 70 % biogás y 30 % diesel, o sea, dejamos de depender de combustibles fósiles y nos ahorramos costos de energía eléctrica al producir nuestra propia energía”, indicó.
En cuanto a esta alternativa para el procesamiento del grano de café, Héctor Aguirre, gerente general de la Mancomunidad Trinacional Fronteriza del Río Lempa, consideró importante este paso en la industria del aromático a fin de salvaguardar el recurso hídrico de la región.
“Es importante comprender que en esta industria no podemos obviar sus aportes, porque es una fuente de empleo, y que atrae divisas a la economía de los países de la región por la venta del café, es importante saber de esta dimensión económica, pero no podemos dejar de atender y dar prioridad a la dimensión ambiental, que debemos salvaguardar, entonces tenemos que concientizar a los gobiernos y pueblos, para que esta historia cambie en la región”, puntualizó Aguirre.
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