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Rosmeri Alfaro
@DiarioCoLatino
La baja producción de café, la deuda del sector y la falta de renovación de cafetos son solo algunos de los aspectos que, según la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores de Café (Abecafé), están por llevar a la quiebra la caficultura en el país.
En 2012, el sector se enfrentó la crisis por roya y, en 2014, entró en una fase de bajos precios internacionales, la cual se mantiene y no compensa los costos de producción. A ello se suma, la pandemia por la COVID-19, lo cual ha provocado pérdidas en las exportaciones.
Ricardo Esmahan -director ejecutivo de Abecafé- señaló que durante la crisis sanitaria por la COVID-19 las exportaciones han caído un 29 %. “La mayoría es por la suspensión de contratos y cierres de cafeterías por casi cuatro meses”, comentó.
“La caficultura debe ser visualizada como una política nacional, la caficultura no es solo una taza de café. A lo largo de los años ha brindado muchos beneficios a nivel de impuestos y, lo más importante, los recursos hídricos”, indicó.
“Acá por temas políticos no se cuenta con una institucional que brinde una atención oportuna al sector, que brinde asistencia técnica e institucionalidad para la reactivación de la caficultura”, agregó Esmahan, en una entrevista televisiva.
Para Abecafé, la deuda de los caficultores es altísima y el costo de producción de un quintal de café está muy por encima de los precios internacionales. La asociación afirmó que el costo para la producción de café es de $140 por quintal aproximadamente y su precio en el mercado es de $134.
De acuerdo con Juan Francisco de Sola, presidente de Abecafé, en la cosecha de 2019-2020 solo se produjo 720,000 quintales; “la segunda cosecha peor, al menos en los últimos 10 años”, dijo.
