Por Juan Castro Olivera
Lima/AFP
La conferencia de la ONU sobre cambio climático (COP20) acordó la madrugada del domingo en Lima un formato de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que deben asumir los países para sellar en 2015 un acuerdo contra el calentamiento global.
Tras maratónicas jornadas de deliberaciones por diferencias entre los países desarrollados y en desarrollo, order la COP20 que debía concluir el viernes logró un acuerdo sobre el texto que debe servir de base a un histórico pacto global el año próximo en París.
«Damos por aprobado el documento», generic dijo el ministro de Ambiente peruano y presidente de la COP20, generic Manuel Pulgar Vidal, tras someter la propuesta a consulta del pleno de 195 países y no recibir objeciones.
Los delegados de los países, con rostros fatigados tras dos semanas de sesiones, dieron un apoyo de última hora a la propuesta y evitaron el derrumbe del plan trazado por la ONU.
El texto consensuado incorporó con distintos matices aspectos cruciales en la ruta hacia el acuerdo que debe quedar aprobado en diciembre de 2015 en París.
Reconoce una responsabilidad común y «diferenciada» de los países frente al calentamiento y establece mecanismos para hacer frente a «pérdidas y daños», por fenómenos climáticos extremos, que sufren especialmente países pobres e islas del mundo bajo amenaza.
«El fantasma del fracaso ocurrido en Copenhague (2009) se aleja y la esperanza de un éxito en París se acerca», dijo Laurent Fabius, canciller de Francia, país organizador de la COP21 en diciembre de 2015.
Poco antes, el enviado de Estados Unidos, Todd Stern, había advertido que un fracaso de las negociaciones resultaría muy perjudicial para los intentos de contener el calentamiento global, causante de efectos climáticos como grandes tormentas, inundaciones, derretimiento de glaciares, sequías y otros fenómenos extremos que golpean duramente a los países pobres y las poblaciones más vulnerables.
«El acuerdo mismo consigue lo que necesitamos para avanzar: presentar nuestras contribuciones nacionales. No siempre fue fácil llegar a esta decisión», admitió Stern.
Divisiones entre países ricos y pobres
Hasta último momento se mantuvieron las fuertes diferencias entre naciones del Norte y el Sur. Los países ricos consideran que los futuros compromisos nacionales deben centrarse en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, con una evaluación futura que se base en informaciones precisas y transparente de los pasos dados en cada nación.
Pero numerosos países del Sur, sobre todo de África, América Latina y pequeños estados insulares, no están dispuestos a asumir la reducción de emisiones si no existen garantías financieras de los países ricos que les permitan adaptarse, con nuevas tecnologías limpias, al calentamiento global y a su creciente impacto.
«Los países desarrollados sólo nos piden reducción de los gases de efecto invernadero [como contribución], pero eso es imposible para nosotros» sin inversiones en energías limpias, dijo a la AFP Seyni Nafou, vocero del grupo África.
Por su lado, China e India, primer y cuarto emisores mundiales por sus industrias de carbón altamente contaminantes, se oponen a un sistema de evaluación que los constriña, y presionan a los países desarrollados para que contribuyan financieramente a la medida de su responsabilidad como los mayores generadores del calentamiento.
Limitar aumento de temperatura
Las países deben anunciar en los próximos meses sus compromisos para lograr que las emisiones globales se reduzcan entre un 40 y un 70% hasta el 2050, una necesidad para poder limitar a 2°C el incremento de la temperatura del planeta.
Más allá de ese umbral, los científicos estiman que los impactos serían graves e irreversibles y pondrían en peligro a numerosas poblaciones.
Los países en vías de desarrollo, especialmente aquellos sin litoral, están desfavorecidos y se ven afectados de manera desproporcionada por los efectos del cambio climático, dijo el representante de Paraguay, uno de los países de la región que este año se vio seriamente afectado por inundaciones que dejaron cientos de miles de afectados.
Los países del Sur esperan ver una hoja de ruta sobre cómo el mundo cumplirá con el objetivo de un Fondo Verde que para 2020 debe totalizar 100.000 millones de dólares anuales, destinados a la mitigación de los efectos del cambio climático en países pobres.
Elliot Diringer, un experto del Centro para el Clima, dijo a la AFP que «el acuerdo en Lima nos pone en camino hacia París, pero también nos señala un año muy difícil por delante».
Las ONGs medioambientales presentes en la COP20 recibieron con críticas el anuncio del texto consensuado, y reclamaron «un cambio del sistema» que genera el calentamiento.
«Lo que hemos visto en Lima es una más de una serie de decisiones que debilitan las reglas climáticas internacionales, y son un fracaso para las poblaciones y el planeta» según un pronunciamiento conjunto de las entidades.