Rosmeri Alfaro
@RosmeriAlfaro
El impacto de los eventos climáticos no solo repercute en los aumentos de temperatura o altos niveles del mar, este fenómeno va más allá, profundizando en las condiciones de vulnerabilidad socioeconómica de los países.
El Banco Mundial detalla que los efectos de los desastres naturales graves, ocasionados por el cambio climático, equivalen a pérdidas en el consumo mundial de alrededor de $520 mil millones anuales, empujando a la pobreza a 26 millones de personas cada año.
Según la institución financiera, el año 2016 fue el más caluroso del que se tenga registro y que son los hogares, industria y energía los que han generado mayores emisiones de gases de efecto invernadero.
América Latina es una de las regiones que históricamente ha contribuido menos en la emisión de estos gases, sin embargo es una de las más vulnerables a las consecuencias negativas de este fenómeno debido a su situación geográfica y climática, condición socioeconómica, entre otras.
En la conferencia “Alternativas para enfrentar los desafíos del cambio climático en El Salvador”, desarrollada por la Red de Investigadores del Banco Central de Reserva, se expuso que los recursos destinados a la atención a la emergencia y reconstrucción son elementos que inciden negativamente en las economías.
En el 2009 y 2010, la tormenta E96/Ida y Agatha significaron $1,267 millones en pérdidas y daños, equivalente al 6% del Producto Interno Bruto (PIB).
El especialista en Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales Francisco Durán destacó las estrategias nacionales para enfrentar la problemática entre las que destacan la actualización de la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y el lanzamiento del Plan Nacional de Cambio Climático en 2015.
Entre los logros a nivel regional están los Acuerdos de París sobre el Cambio Climático, firmado por países y estados federados, que representan el 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero.