César Ramírez
@caralvasalvador
Hemos indicado en artículos anteriores la emergencia del cambio cultural en tiempos de pandemia, puesto que nos encontramos en la fase de “contagio epidemiológico”, el instrumento antropológico ha sido usado en tiempos históricos en diversos momentos, esencialmente en la orientación de modelos, valores, comprensión de los pueblos etc. para implantar o transformar la realidad social. Un cambio cultural implica:
1° El plan del cambio: contener el COVID-19, la meta inicial es educar (trabajo de campo y a distancia) a un tercio de la población -2,255,251 ciudadanos- en (30, 40, 60 días etc.) bajo la dirección de un Consejo Científico y gubernamental, delegando todo el poder plenipotenciario a la inteligencia académica, que trabajará con datos verificables, la meta: contener al patógeno desde las calles.
2° Educar a los ciudadanos en el nuevo modelo de organización, económico, social y una dirección unida con el sector privado, instituciones y el colegio médico, bajo el concepto: “Los hospitales no ganarán la batalla”, será la prevención de ciudadanos en las calles, casas, empleos distales y el comercio persona a persona diferente, igual tratamiento en educación, religión, deportes etc. comunicar con la máxima frecuencia: el COVID-19 no tiene cura, no hay vacuna.
3° Salud y economía son lo mismo en tiempos de pandemia, los hospitales tienen límites previsibles, emplear los recursos disponibles: “Ningún médico debe ser desempleado”, “normar el comercio informal y los mercados”, “los servicios telefónicos (fijos, móviles, informáticos etc.) estarán al servicio del Estado, existen más de 9.5 millones de teléfonos móviles (los mensajes preventivos y cambio cultural deben usarse en las comunicaciones masivas).
4° El cambio cultural debe iniciarse por foros (virtuales) de ser presenciales (limitados) dirigidos con un manual de distinción genérica (tratamiento, procedimiento e interacción masiva: influenza, neumonía, COVID-19, otras) en grupos empresariales, religiosos, académicos, sociedad civil, sociedad política, día con día, para cubrir una meta potencial de 4,510,501 (2/3 de nuestra población), es de largo plazo pero el COVID-19 coexistirá día con día entre nosotros.
5° La desconfianza política es la peor amenaza para la nación, se soluciona compartiendo el trabajo gubernamental, gobernanza, poderes institucionales, ante un enemigo invisible pero letal.
De continuar como ahora, el cambio cultural implicará un profundo abismo en la economía y no será remoto retornar a nuestra moneda nacional, lo cual configura otra pandemia que no deseo imaginar.
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