Ana Gloria Carranza
Carmen Eugenia Pinto *
Para que sea un cambio verdadero es necesario entender el proceso. Rompiendo esquemas históricos perversos en detrimento de las mayorías. Se está haciendo. Viendo la realidad, analizándola públicamente, asumiendo responsabilidades, actuando en favor de las mayorías, con proyectos sociales comprobables en la atención a las necesidades básicas de nuestra gente.
El compromiso de nuestro gobierno es servir. Esto es lo nuevo, acercándose a la población, especialmente al desposeído, brindándole lo negado históricamente.
Ejecutar estas acciones requiere de audacia y valentía, porque el poder económico reacciona con violencia irracional al encontrarse perdiendo sus excesivos privilegios, sin importarle los efectos negativos, el dolor, el sufrimiento y la violencia que causan en el mantenimiento de la paz.
No existe un cambio verdadero sin el desarrollo humano. No es novedoso entonces, escuchar a diario las críticas, calumnias y obstáculos que los grupos conservadores extremistas programan diariamente para continuar desprestigiando proyectos que llevan vida a las comunidades y que sin ellos llevan a la muerte.
Los grupos conservadores practican la cultura de la muerte al negar a nuestra gente vivir con dignidad.
Esta es la diferencia entre un gobierno conservador y uno progresista. Los gobiernos conservadores en nuestro país han demostrado no estar libres frente a las riquezas.
Nuestro gobierno actual, de corte progresista, ejecuta además de los proyectos para nuestra población, aportes a nivel internacional, basado en su experiencia en la resolución de conflictos, solidarizándose con países Latino Americanos, afirmando que el diálogo es la vía inagotable para mantener una paz verdadera. Y lo está sosteniendo.
Cuando un pueblo pierde el deseo de luchar, solo queda el miedo. Seamos positivos, aferrémonos a la esperanza, luchemos por el Buen Vivir y así venceremos todos los miedos.
*Amigas CAPI