FRANCIS FANCI
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La ley del cambio es inexorable. La materia está en constante transformación; nuestro mundo es fenomenal. La evolución de las especies se manifiesta en cambios y mutaciones.
Solo la Gran Unidad que lo contiene todo, case es inamovible, constante, perenne, eterna.
La cambiante naturaleza obliga al ser humano a un constante reajustarse y adaptarse.
La historia de la humanidad es la historia de sus cambios. La vida es movimiento, y el movimiento es producido por el cambio; oponerse al cambio es oponerse a la vida, a la evolución; los cambios son inevitables.
El cambio en sí, no es doloroso; el dolor viene de oponerse al cambio. Lo más armónico que pueden hacer los opositores al cambio, es sumarse a él, unirse, acoplarse, ajustarse, seguir el ritmo de la evolución.
La codicia, los apegos, los enraizamientos; tanto como el aferrarse a viejas y trasnochadas teorías devienen en dolor, amargura y frustración ante lo inevitable del cambio. En todo el planeta se están dando cambios; la ciencia, la tecnología, las comunicaciones hacen surgir nuevos paradigmas, una nueva imago mundi. El Papa Francisco, Los Indignados, Snowden, Evo Morales, el chavismo, el heroísmo de Green Peace, la resistencia a la minería, la distención de las relaciones Cuba-USA, son solo algunas de las evidencias de los cambios actuales. En el principio de nuestra historia los cambios eran más lentos, las transiciones eran casi imperceptibles, con el tiempo el ritmo ha venido acelerando cada vez más; por eso tenemos la percepción de que el tiempo presente pasa más veloz que antes.
Desde el 21 de diciembre de 2012 todo es más rápido; es como acercarnos al vórtice de un remolino.
Así pues, en nuestro país los cambios continúan, muy a pesar de los que resienten tales cambios, no es una cuestión partidista, ideológica o local; es el cumplimiento de la ley, de la evolución, de la transformación.
Por eso es que no podemos, ni debemos retroceder; por eso es que no podemos, ni debemos detenernos. Ningún cacareado, degastado y amenazador discurso puede detener los cambios.
LA VIDA ES UN MILAGRO QUE
CONSTANTEMENTE SE RENUEVA. Tarot.
FRANCIS FANCI. –Centro de Estudios e Investigaciones Filosóficas-