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Eduardo Serrano
@DiarioCoLatino
Serpentea la carretera sobre el Mazacatepec para llegar a 670 msnm donde se asienta Sacacoyo, “camino de zacates y coyoles” en lengua náhuat; sube dejando atrás el valle San Andrés con una vista panorámica del volcán de Izalco y el Cerro Verde. El color de los diferentes murales hechos por jóvenes y Arturo Ayala, bibliotecario del municipio, recibe a pobladores y visitantes, donde se evocan escenas de la tierra, la flora, fauna y, por supuesto, su gente.
Estos murales se gestionaron con los dueños de comercios y casas particulares que pidieron, a su gusto, el tipo de arte que querían para su vivienda; los materiales fueron donados por la municipalidad, pero quienes han impulsado este colorido que ahora alegra el día a día del municipio son los jóvenes y el bibliotecario de La Casa de Encuentro, que ahí residen.
Armados con brochas, pinceles y colores los pintores sacaron lo mejor de sí cuando se dedicaron a embellecer aún más las calles de Sacacoyo; la inquietud estaba ahí y fue en La Casa de Encuentro Juvenil que se “encontraron” con más de un talento que poseían sin darse cuenta.
A través del muralismo se ha ido plasmando el espíritu del pueblo, costumbres y escenas cotidianas, por ejemplo, la señora de la tortillería, el arado, los íconos geográficos que han impactado la vista de los pobladores desde su asentamiento, elevaciones y explanadas aledañas.
Sacacoyo es uno de los municipios donde CESAL (Organización de cooperación internacional) ha realizado diversos proyectos como el de voluntariado sociocultural y radiolectura, donde ha trabajado en los últimos años formando a jóvenes con la intención de empoderarlos en el trabajo organizativo, para capacitarlos y así gestionar sus propios emprendimientos sociales y eventos socioculturales como por ejemplo: maratones de cuentos, festivales de literatura, ciclos de cine comunitario, certámenes de deletreo, entre otros.
Dentro de estas gestiones realizadas, se coordinó con la Biblioteca Municipal de San Salvador que a través de Miguel Aquino, bibliotecario, está realizando talleres de elaboración de títeres a niños y niñas, quienes entusiasmados elaboraron sus “títeres de dedo” con materiales reciclables; en la siguiente sesión, “con calcetín en mano”, crearon sus propios personajes caracterizándolos y echando a volar su imaginación.
Espectra, Sabrina, Kevin y Rapunzel fueron algunos de los títeres de calcetín que los niños hicieron; luciendo sus cabelleras de lana, unas en maraña, otras trenzadas, otras tan largas y coloridas cual arcoíris, se preparan para “El teatrín”, la última sesión que recibirán en esta etapa.
Verónica Herrera Arteaga, responsable de gestión cultural y comunicaciones de CESAL, comentó que la formación de estos jóvenes no solo es para que se quede ahí en los talleres, sino para que los jóvenes continúen su formación profesional fuera del municipio. Fátima López González (Comunicaciones, UTEC), Carolina Mejía (Diseño Gráfico, UTEC) y Norman Acosta (Multimedia, Universidad Don Bosco) fueron en busca de una carrera universitaria y ya se encuentran estudiando a través de becas y apadrinamientos.
Gerson Josué López González de 17 años interpreta a uno de los personajes principales del audiocuento titulado “El ladrón de palabras”, cuyo autor es Allan Sayes, también participante de talleres de voluntariado sociocultural, quien comparte sus textos, a través de los jóvenes radialistas que locutan la historia en la cabina de grabación instalada en La Casa de Encuentro.
El audiocuento y los programas para radio como “Melómanos” (historia de la música) y “Conectados” (historia del Internet) pretenden colocarse en la programación de las rutas de autobuses de Sacacoyo, idea que ha tenido una respuesta favorable de parte de los empresarios del transporte colectivo, así que se espera en breve que las rutas tengan una programación original con contenido cultural, artístico y propio de sus pobladores.
El apoyo a las juventudes en Sacacoyo posee una mística de alguna manera recíproca, los jóvenes van transformando su realidad, sus comunidades, sus familias. El municipio está dejando el silencio atrás y se pinta de colores vibrantes, de esperanza, de orgullo.
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