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Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
La Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO) demandó del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) impulsar la “reactivación del agro”, con el fin de mejorar las condiciones de las familias rurales.
CAMPO está integrado por asociaciones y federaciones legalmente constituidas, las que se han venido históricamente apostándole a reactivar el agro para consolidar una visión común de desarrollo para este sector que tradicionalmente lo han mantenido desarticulado, señalaron en su pronunciamiento frente al inicio del ciclo agrícola 2024-2025.
El Salvador, como ya es una cultura, realiza sus primeras siembras en el período al que comúnmente se le conoce como Primera o Primavera (inicio de lluvias) de un invierno normal, que es desde las primeras semanas de mayo a junio, afirmaron.
Y las segundas siembras a las que llamamos postreras (lluvias dispersas del mes de agosto), hasta los humedales en zonas donde los caudales de ríos disminuyen por inicio de época seca o zonas donde se cuenta con riego. Y en algunos casos se realiza una tercera siembra conocida como de riego o apante, explicaron.
CAMPO señaló que entre las proyecciones del ciclo agrícola (2024-2025), con el cultivo del maíz esperan en la primera siembra, que va entre mayo a junio, 9 millones 735 quintales, equivalente al 75% de la producción anual.
Para la segunda siembra, entre agosto y septiembre, principalmente en el oriente del país, un aproximado de 2 millones 596 quintales, lo que significa un 20%, y para la tercera siembra, que va de noviembre a diciembre, 649 mil quintales, es decir, el 5%. Una producción total de 12 millones 980 mil quintales de maíz. Y para el sorgo esperan una producción de 2 millones 100 mil quintales.
Mientras, en cuanto al cultivo del frijol, la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios, espera para la primera siembra 375 mil quintales (20%), entre mayo y junio.
Para la segunda siembra 11 millones 406 quintales (75%), en los meses de agosto a septiembre. Para la tercera siembra eperan 93 mil 750 quintales de frijol (5%), en los meses de noviembre a diciembre. Y para la producción de arroz se esperan 665 mil quintales para mayo y junio.
CAMPO afirmó que en sus proyecciones en la producción de cereales para el 2024 sería de 17 millones 620 mil quintales en los cultivos de frijol, maíz, sorgo y arroz.
Adaptación al Cambio Climático para la agricultura
Sobre el ciclo 2024-2025, CAMPO expresó estar en disposición de trabajar “en forma coordinada y conjunta” con el equipo que el MAG designe para buscar “soluciones viables y eficaces” que permitan a los pequeños y medianos agricultores resolver los grandes problemas que enfrenta el sector agropecuario del país.
“Para nadie es un secreto la profundización de la crisis alimentaria y las posibilidades de una hambruna nacional. En tal sentido, y considerando la gravedad que cada vez más están tomando los fenómenos naturales, nos permitimos hacer una invitación especial para la formación de una Comisión Técnica Conjunta”, manifestó Campo.
“Esta comisión podrá elaborar una -Estrategia de Adaptación de la Agricultura al Cambio Climático- y se deben dar espacios reales de participación en la elaboración de las políticas que se elaboren como Estado, donde muchos sectores hemos sido marginados”, manifestaron.
CAMPO también señaló que el “Gobierno no debe tener una actitud hostil” con las organizaciones comunitarias que no son de su “mismo pensamiento ideológico”, aclarando que la problemática agroalimentaria amenaza a todos los países a escala mundial.
Sobre esta situación, CAMPO, presentó cifras sobre la producción de diferentes cultivo del ciclo agrícola (2023-2024), en el cual se registró un déficit para el presente año, como el maíz, del cual esperaban una proyección de producción de 14 millones 923 quintales, pero el resultado obtenido al final del ciclo fue de 12 millones 610 mil 850 quintales, que refleja un déficit de -6 millones 189 mil 150 millones de quintales. Y para el frijol la proyección de este cultivo se estimaba en 2 millones 150 mil 430 quintales y sólo se obtuvo un millón 848 mil 280, un déficit de -551 mil 720 quintales.
“Esta problemática amenaza principalmente a aquellos países dependientes de la importación de alimentos, como es el caso de El Salvador… son algunos de los factores que ponen en riesgo la soberanía y seguridad alimentaria de la población”, argumentó Campo.
“La actividad agropecuaria todavía representa uno de los sectores principales en cuanto a la generación de empleos en El Salvador y que está pidiendo a gritos su salvación al gobierno de la república”, reafirmó CAMPO.
