Agencia de Comunicaciones KOMUNIKA LATAM
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) indicó en 2017, que el Cáncer de Cuello Uterino es el segundo cáncer más frecuente entre las mujeres de América Latina y el Caribe, y el cuarto en la región de las Américas, provocando la defunción de unas 35.000 mujeres cada año y un estimado de 83.000 mujeres diagnosticadas anualmente.
En el año 2019, en El Salvador se registraron 58,718 consultas por cáncer, el 73% (42,955 consultas) correspondían al sexo femenino, y de estas el 15% (6,464 consultas) fueron relacionadas a cáncer de cérvix. Y para el 2020, según las estadísticas del Observatorio Global del Cáncer (Globocan), el cáncer de cuello uterino fue el 4to cáncer con mayor número de casos registrados en el país, presentando 530 nuevos casos y 317 fallecimientos en el 2020.
Frente a esta realidad, y en el marco del Día Mundial de la Prevención del Cáncer del Cuello Uterino es importante recordar que el cáncer de cuello uterino es una de las enfermedades prevenibles a través de la vacunación, lo que hace necesario hacer un llamado de conciencia sobre esta enfermedad, que puede tratarse con bajos riesgos mientras su detección sea oportuna y temprana.
Un diagnóstico oportuno puede salvar vidas
Con frecuencia, el cáncer de cuello uterino puede prevenirse con pruebas de detección regulares para diagnosticar cualquier lesión, así como con la vacuna contra el Virus de Papiloma Humano (VPH). Las pruebas y los procedimientos que pueden usarse para la detección del cáncer de cuello uterino son la VPH y la Papanicolaou.
Prueba de VPH: Se realiza en una muestra de células extraídas del cuello uterino de la mujer. Esta muestra se analiza para detectar las cepas de VPH que se relacionan más frecuentemente con el cáncer de cuello uterino. La prueba de VPH puede realizarse individualmente o combinada con una prueba de Papanicolaou.
Pueba de Papanicolaou: La prueba de Papanicolaou es la que se usa con más frecuencia para detectar los cambios tempranos en las células que pueden derivar en cáncer de cuello uterino. Esta también se llama citología vaginal. Para ella se debe obtener una muestra de células del cuello uterino. Con frecuencia se realiza al mismo tiempo que una exploración ginecológica bimanual como parte de un control ginecológico.
La detección del cáncer de cuello uterino se puede realizar durante una cita con un médico de atención primaria o un ginecólogo.
Vacunación como una alternativa de prevención
Una manera de prevenir el VPH es vacunarse. La vacuna para prevenir las infecciones por el virus del papiloma humano (VPH) presenta un perfil de seguridad y actividad comprobados en diferentes estudios clínicos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda vacunar contra VPH a las niñas de 9 a 13 años de edad, y administrarles dos dosis de la vacuna con un intervalo de seis meses entre ellas. La vacuna contra el VPH se centra en los tipos de VPH que más comúnmente causan cáncer de cuello uterino y que pueden causar algunos de los cánceres de vulva, vagina y ano.
“El cáncer de cuello uterino puede ser prevenible a través de la vacunación temprana. En el Esquema Nacional de Vacunación de El Salvador, la vacuna está disponible para niñas de 9 años y es una herramienta fundamental para proteger a nuestros hijos de esta y otras enfermedades asociadas al VPH”, comentó la Dra. Carmela Oranges, Directora Ejecutiva de Medical Affairs para MSD.