Naciones Unidas/AFP
Laura Bonilla
La canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa, fue electa el martes presidenta de la Asamblea general de Naciones Unidas: será la cuarta mujer que ocupe el cargo en los 73 años del organismo, y la primera latinoamericana.
En una elección secreta que dividió a Latinoamérica, Espinosa obtuvo un total de 128 votos, incluido el de Venezuela y otros países «bolivarianos», mientras su rival, la embajadora de Honduras ante la ONU, Mary Elizabeth Flores, de 44 años, recogió 62, incluido los votos de Colombia, Perú y Brasil.
«Quiero dedicar esta elección a todas las mujeres del mundo que hoy participan en política, que se enfrentan a ataques políticos y mediáticos marcados por el machismo y la discriminación», afirmó Espinosa, de 53 años, ante la Asamblea.
«Y a las mujeres que luchan cada día por acceder a puestos de trabajo», así como a «las niñas que demandan acceso a educación», añadió.
Espinosa, poeta, diplomática y escritora, reemplazará al eslovaco Miroslav Lajcak en el cargo más bien ceremonial pero que carga un gran prestigio por su visibilidad mundial. Su mandato durará un año y comenzará en septiembre.
Pocas mujeres
El jefe de la ONU, Antonio Guterres, cuya elección fue criticada porque muchos querían que su cargo fuese ocupado por una mujer, celebró la experiencia de Espinosa como diplomática. Pero sobre todo su condición femenina.
«Podemos y debemos mejorar el récord de cuatro mujeres en 73 años, y dos en el cuarto de siglo pasado» al frente de la Asamblea, afirmó Guterres.
«Que la decisión de hoy allane el camino para acelerar el progreso hacia la igualdad de género, dentro y fuera de las Naciones Unidas», afirmó.
La última mujer en presidir el cuerpo fue Sheikha Haya Rashed Al-Khalifa de Bahréin, en 2006. Décadas antes lo ocuparon diplomáticas de India y Liberia.
El multilateralismo, «una obligación»
«Esta elección ha sido un acto del fortalecimiento del multilateralismo. Todos los Estados hemos ganado», sostuvo Espinosa tras su triunfo.
«Tenemos el reto de construir una organización más fuerte y más eficiente», afirmó. «El fortalecimiento del multilateralismo no es una opción, es una obligación».
Espinosa fue ministra de Defensa del gobierno izquierdista de Rafael Correa entre 2012 y 2014 y es canciller de Ecuador bajo el actual gobierno de Lenín Moreno.
Fue también ministra de Patrimonio Cultural y Natural y embajadora ante la ONU en Nueva York y en Ginebra.
«¡Felicitaciones @mfespinosaEC! Un honor y un orgullo para Ecuador. La primera mujer ecuatoriana, y de la región de América Latina y el Caribe, en ocupar la presidencia de la Asamblea General de la ONU», tuiteó el presidente Lenín Moreno tras la votación.
En una entrevista con la AFP el sábado en Nueva York, Espinosa dijo que de alcanzar la presidencia «del parlamento de la humanidad» trabajaría duro en el proceso de reformas de la ONU.
La organización está «recalibrando su manera de trabajar y mejorando su capacidad de respuesta frente a las grandes crisis» mundiales, explicó.
Ecuador ya ocupó la presidencia de la Asamblea en 1973-1974.
Siguiendo el principio de rotación regional, la 73ª sesión de la Asamblea que comienza en septiembre debía ser ocupada por un candidato de América Latina y el Caribe.
El conflicto israelo-palestino se coló en la elección: Honduras es uno de los pocos países de la ONU que no reconoce a Palestina y ha estrechado en los últimos meses relaciones con Israel.
Anunció que trasladará su embajada a Jerusalén, como ya hizo Estados Unidos, seguido por Guatemala y Paraguay.
Esta decisión no le facilitó el apoyo de los países árabes, que a su vez tienen influencia sobre los africanos, según un diplomático de un país andino que pidió mantener el anonimato.