Damasco / AFP
El ministro venezolano de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, dijo el jueves en Damasco que hay similitudes entre lo que ocurre en su país y los inicios de la guerra de Siria, pero que quieren evitar un conflicto similar al que desgarra al país árabe desde 2011.
Arreaza, que fue recibido por el presidente sirio Bashar al Asad, acusó a Estados Unidos de querer provocar una guerra civil, asegurando que su gobierno se apoyará en la diplomacia y el diálogo para evitar tal deriva.
«Cuando el presidente Al Asad describía los pasos previos, y los pasos durante los primeros tiempos de la guerra contra Siria, inmediatamente podíamos identificar similitudes con lo que estamos viviendo en Venezuela», dijo el canciller durante una conferencia de prensa con su homólogo sirio Walid al Mualem, cubierta por la agencia siria Sana.
«Es el mismo enemigo, con los mismos intereses», añadió, aludiendo a Estados Unidos.
«Le decíamos al presidente Al Asad que la experiencia de Siria nos sirve a nosotros, nos da lecciones y también ideas para ganar esta guerra», añadió.
«Hay similitudes y diferencias entre ambos procesos, pero, en nuestro caso, con nuestros amigos en el mundo, tenemos que evitar la guerra», afirmó Arreaza, descartando una confrontación militar.
Según la agencia oficial siria Sana, el presidente sirio dijo durante su encuentro con Arreaza que «lo que pasó en Venezuela es parecido a lo que pasó en Siria, donde el objetivo era ejercer una tutela sobre los países y arrebatarles sus decisiones independientes».
Debilitado por las protestas populares que estallaron en 2011 y que derivaron en un conflicto complejo y sangriento, el gobierno de Asad se recuperó gracias al apoyo inquebrantable de Rusia y ahora controla casi dos tercios de Siria.
El mes pasado, Rusia envió dos aviones a Venezuela con, según los medios venezolanos, 99 soldados y 35 toneladas de equipamiento.
Moscú también inauguró a finales de marzo un centro de entrenamiento militar para pilotos de helicópteros.
Rusia acusa a Estados Unidos de intentar organizar un «golpe» en este país con enormes reservas de petróleo.
En Siria, la intervención rusa se inició en septiembre de 2015 y Moscú se convirtió en un actor clave en este conflicto con ramificaciones regionales e internacionales.
La guerra en el país árabe ha causado en 8 años más de 370.000 muertos y varios millones de personas desplazadas.