Pese a que ya se había comprometido a participar en el debate que la Universidad de El Salvador (UES) había organizado para el domingo recién pasado, el candidato de GANA, Nayib Bukele, declinó a última hora, no sin antes despotricar contra la alma mater y su rector, a través de las redes sociales, como suele hacerlo.
El candidato de GANA dijo que no participaría porque la UES había diseñado el debate “para desfavorecerlo”, además de referirse de forma negativa en contra del rector de la UES, Roger Arias.
Al candidato de GANA se le ha criticado a menudo de no tener propuesta de país, y que su campaña se ha basado en el descontento de la gente, y propuestas generales, muchas sin fundamento.
El debate, de haber participado, lo hubiera obligado a responder de forma concreta en temas como Economía, Educación y Seguridad, entre otros ítems, de forma precisa, por el tiempo que se había estipulado para las respuestas.
Algunos han expresado que el candidato presidencial no participó porque, dada la popularidad y aceptación que reflejan las encuestas, cualquier respuesta equivocada le podría restar simpatizantes. Lo cual es verdad en alguna medida.
No obstante, el hecho de no asistir al máximo centro de estudios público del país, para debatir, también puede ser censurado por el voto racional, es decir, de los votantes pensantes. Esto, por supuesto, lo sabremos hasta el 3 de febrero.
Quienes vieron el debate el domingo por la noche darán fe, sin lugar a dudas, que fue un evento de calidad, “sin dados cargados”, y así, creemos, lo pueden atestiguar los candidatos presidenciales Hugo Martínez, del FMLN; Carlos Calleja, de ARENA-PDC y PCN; y Josué Alvarado, de VAMOS.
Es cierto que la mayoría de votantes en El Salvador ejercen el sufragio por los mensajes emotivos, por la simpatía hacia el candidato, pero hay un porcentaje, minoritario, si se quiere, que lo hace por el programa, por el desenvolvimiento de la fórmula presidencial en la campaña.
Esperemos que los debates realizados por las universidades sirvan al candidato presidencial que mejor se desenvolvió, y no por la parte emotiva.