Por Leonel Herrera*
La incertidumbre, la confusión y el caos que caracterizará a las gestiones municipales a partir del próximo 1o. de mayo debería motivar a las comunidades a organizarse, hacer valer sus derechos y demandar verdaderos planes de reordenamiento territorial, desarrollo local, transparencia y participación ciudadana.
Sólo una rebelión comunitaria en todo el país podría revertir el desastre provocado por una reorganización municipal caracterizada por la improvisación, la ausencia de criterios técnicos y los objetivos electorales que la motivaron.
Recién pasadas las elecciones municipales del 3 de marzo escribí algunas valoraciones preliminares sobre dichos comicios y sus resultados. En una de ésas advertía que “los expertos en municipalismo prevén un caos relacionado con la homologación de ordenanzas, cobros de tasas, pago de deudas y otras tareas inmediatas de los alcaldes electos”.
En estos días han aumentado denuncias en redes sociales y en medios de comunicación sobre dificultades en la transición entre los concejos municipales salientes y los entrantes, el paso de más de 200 municipios a distritos y las complejidades de ambos procesos, que son la antesala del desorden y la inoperancia que vendrá.
Ojalá que tras estas denuncias aparezca con fuerza la demanda ciudadana de una verdadera reorganización municipal que tenga como criterios la planificación del desarrollo local, el uso adecuado del territorio, la eficiencia administrativa y la participación de la gente.
Sólo así se podrán revertir la irresponsabilidad y los desaciertos de un gobierno que no actúa en función de sus obligaciones y los derechos de la gente; sino en base a mezquinos intereses y cálculos políticos y ambiciones de perpetuarse en el poder.
Si esto no sucede, habremos asistido al fin de la autonomía municipal, la promoción del desarrollo local, la participación ciudadana y las posibilidades de bienestar para las comunidades, sobre todo las más pobres, olvidadas y alejadas de los focos, cámaras, micrófonos y pantallas de la propaganda oficial, excepto cuando hay algún cerco militar.
Ojalá que la población reaccione.
*Periodista y activista social.