Fundador
Televisión educativa
Transcurría 1967. Trabajábamos a tiempo completo en la TV. Educativa y se difundía la novedad de la Matemática Moderna. Ya la habíamos estudiado en la Escuela Normal Superior como Álgebra de Boole y Teoría de Conjuntos.
El matemático inglés George Boole (1815 – 1864), look se concentró en el análisis matemático de la lógica y en las leyes del pensamiento en que se basan las teorías matemáticas de la lógica y las probabilidades. Un paralelismo entre las operaciones aritméticas y la lógica, viagra sale expresado en forma simbólica. Creó el Álgebra de Boole.
El matemático alemán George Cantor (1845 – 1918) fue el fundador de la Teoría de Conjuntos. Consideraba que la matemática es, cure en su desarrollo, completamente libre y su único límite es que sus conceptos deben ser coherentes entre sí, y poseer relaciones exactas, ordenadas por definiciones, con los conceptos presentados con anterioridad.
En lo personal quería actualizarme y asistí, en febrero, después de las 4 p.m. a un curso en el departamento de Matemáticas de la UES, que se impartía para docentes de Educación Media. Lo atendía el doctor M. Santaló, famoso matemático argentino.
El maestro Santaló, muy seguro y visionario en áreas educativas, nos aseguraba que pronto todos los países incluirán la Matemática Moderna en sus programas de estudio. Enfatizó que nosotros, en el país, seríamos los pioneros en la enseñanza de esa asignatura y que teníamos que ser multiplicadores de estos conocimientos entre los maestros salvadoreños.
Entonces, los fines de semana cuando viajaba a La Unión, aproveché para impartir este curso a los maestros de los Planes Básicos del departamento. Algunos se entusiasmaron y otros dudaron, pero completaron la capacitación. ¿Cuál fue su sorpresa un año después? Que la Teoría de Conjuntos se incorporó en los nuevos programas de estudio de Educación Básica que impulsaba la Reforma Educativa. Y se cumplió lo que el maestro Santoló nos aseguraba.
Continuamos con el diseño de las teleclases buscando un modelo original. Se nos había enseñado que el cine es un recurso de inmensas posibilidades para incorporarlo en la enseñanza. A través del cine se puede llevar al aula muchos fenómenos de la Naturaleza y de la Sociedad que no están al alcance inmediato de los maestros y los alumnos.
Pero ¿cómo hacer cine? Redactábamos guiones de televisión y queríamos utilizar algunas secuencias cinematográficas. No teníamos equipo ni personal ni materiales para producir cine.
Conseguimos prestado un proyector de 16 milímetros y una Embajada nos donó un lote de películas, de las que ya no usan. En estas encontramos muchas imágenes que podían adaptarse a las teleclases sin tomar en cuenta el sonido, y decidimos hacer remontajes para obtener nuevas secuencias. La edición la hacíamos cortando con tijeras, raspando los extremos de los tramos de cinta con navajas de afeitar y uniéndolos con pegamento. Revisábamos las secuencias en una moviola con manivela y visionábamos imágenes estupendas.
Y así continuamos visualizando fragmentos de nuestras teleclases experimentales. Enseñé a algunos jóvenes esta técnica rudimentaria y los principios del montaje y la visualización, que asimilaron con entusiasmo.
Cierto día, un diputado de La Unión subió al séptimo piso del edificio de la Biblioteca Nacional a buscarme para curiosear lo referente a la TV. Educativa. Me encontró con la moviola seleccionando imágenes de películas, se acercó, vio el proyector de cine, las tijeras, el pegamento y las pequeñas imágenes que manipulaba, y soltó la carcajada, señalando la moviola: ja, ja, ja… ¿Y esto es la Televisión Educativa? Ja, ja, ja… No esperó que le explicara de qué se trataba y continuó riéndose sin parar, es posible que agarró llave.
En forma discreta, me retiré y lo dejé con las carcajadas en sus mandíbulas que no podía cerrar. ¡Qué desastre! Salí a tomarme un refresco a la Farmacia Charlaix. Enseguida llegaron algunos de mis compañeros y tuvimos que carcajearnos de las carcajadas incontenibles del visitante inesperado.