Mauricio Vallejo Márquez,
Escritor y editor Suplemento 3000
Su trabajo narrativo impresiona, sabe bordar la realidad y la ficción para dar una muestra de nuestra sociedad y la idealidad, su nombre es Carlos Anchetta un escritor y guionista prometedor que ha publicado: Los cisnes, La oportunidad del silencio, Cuentos acústicos, La máscara de Abaddón, Los príncipes y Epistolario; además de desarrollar las películas: El espectador (cortometraje).Entre sus premios podemos citar: Primer lugar en Certamen Homenaje a Roque Dalton por el 75 aniversario de su natalicio, 2010 (poesía), Mención de honor en Cuentos de Fútbol organizado por Periódico El Gráfico y La Secretaría de Cultura de la Presidencia, 2012 (cuento), Premio Nacional de Novela Corta, 2016 (XXIX Juegos Florales de Cojutepeque), Premio Hispanoamericano de Novela (Juegos Florales de Quetzaltenango, Guatemala, 2018), Mejor guion de cortometraje de ficción, 2018 (Escuela de Comunicaciones Mónica Herrera).
P-¿Quién eres?
R-Básicamente soy escritor, aunque en los últimos días estoy pensando dar el salto definitivo y convertirme en cineasta. He escrito guiones para otras personas, pero ahora quiero dirigir y producir mis propios guiones. Ahora mismo estoy en la preproducción de dos cortos.
P-¿Cómo te defines a ti mismo?
R-Como una persona sensible. Sin sensibilidad no se puede estar en este negocio. Obviamente a lo largo la historia ha habido artistas insensibles, verdaderos hijos de puta, pero ese es otro cuento.
P-¿Cuándo comenzaste a escribir?
R-Cuando tenía como doce años. Escribía poesía en los cuadernos escolares sin tener idea qué era poesía y qué era ser escritor. Lo peor es que no tenía a nadie a quien preguntarle ni libros a la mano que me mostraran un poco el camino.
P-¿Cuándo decidiste comenzar a escribir?
R-Fue a los veinte años. Lo había dejado varias veces pero el gusano siempre volvía de las cenizas y no me dejaba tranquilo. Fue en esa edad que decidí buscar ayuda, leer todo lo que se me pusiera enfrente y escribir como un poseído.
P-¿Por qué escribes novelas?
R-Yo siempre quise escribir cuentos. Nunca quise escribir novelas. No es que me desagradara el género, lo que pasa es que yo me sentía cómodo en el relato corto. Me decía a mí mismo que nunca daría el paso porque simplemente no tenía necesidad de hacerlo. Pero después de escribir muchos relatos cortos, un día me vi modificando un cuento que poco a poco ganaba páginas hasta convertirse en una novela corta. Ahora se llama Los cisnes y fue la primera novela que escribir y el primer libro que publiqué. Después de ese ejercicio no hubo salvación para mí y me lancé de cabeza a la novela. He frecuentado tanto el género que a mi corta edad ya escribí diez, cuatro de ella cortas. Debo admitir que me gusta el proceso de escribir una historia larga llena de túneles y laberintos donde se corre el riesgo de fracasar y no llegar al final, un proceso distinto al cuento.
P-¿Cuál es la novela que más has disfrutados leer?
R-Es difícil elegir una en particular. Yo disfruto los grandes títulos de los maestros del género, de los cuales sigo aprendiendo.
P-¿Cuál es el escritor que más te ha impactado?
R-Han sido muchos y en periodos bien particulares. Cuando decidí ser escritor el que me marcó fue Edgar Allan Poe. Lo releí tanto que me sé de memoria muchos inicios de sus cuentos más celebres. Después fue Dostoyevski, Faulkner, Cortázar, Camus, Lovecraft, Foster Wallace, Bukowski, pero sobre todo, Ernesto Sabato.
P-¿Cuál es la novela que más has disfrutado escribir?
R-Se llama Dos hombres repulsivos y la escribí en 2012. De las diez que he escrito es mi favorita por mucho. Esa fue mi verdadera medición en el género, si en verdad podía escribir historias largas que mantuvieran el pulso, que no se cayeran. Aunque ya había escrito La oportunidad del silencio, una novela de largo aliento que me dejó satisfecho, Dos hombres repulsivos era la verdadera prueba. Es una novela fragmentada, una especie de juego creativo. Allí mezclo casi todos los géneros, desde el relato corto, poesía, entrevista, ensayos, crítica literaria, comentarios, un montón de cosas que saben convivir entre sí. Probablemente para los demás sea mí peor novela pero para mí es la mejor. Esa novela no está del todo inédita. La primera parte la publicó la DPI en 2017 con el título de La máscara de Abaddón. Fue porque con esa parte gané los juegos florales de Cojutepeque en novela corta. En el futuro tengo un proyecto ambicioso con ella: llevarla al cine en dos partes. Ya escribí el guion.
P-¿Has probado con otros géneros literarios?
R-Los he probado todos, solo que con diferentes resultados. Obviamente yo soy narrador, un contador de historias, lo demás es capricho. Poesía y teatro definitivamente ya no escribo más. Por influencia de un amigo teatrero de la universidad, en 2010 escribí dos piezas de teatro que están guardadas y creo que allí van a seguir hasta la caída del meteorito. En 2013 decidí no escribir más poesía y he cumplido mi palabra. Aunque antes escribí muchos poemas que están reunidos en varios títulos, unos que no creo que vean la luz. El último poema que escribí fue para mi gato desaparecido. Creo que fue el mejor colofón, mi despedida del género. Es lo mejor. Créeme que no estoy privando al mundo de algo sublime.
P-¿Cuándo decidiste participar en concursos literarios?
R-Siempre me ha interesado participar en los que pueda. Primero por la edición y segundo por el estímulo económico. Para alguien que su modus vivendi es solo escribir, ayuda un premio con un poco de dinero. Obviamente no he ganado en todos. He tenido más derrotas que victorias. Es cierto que en algunos he tenido más suerte. El primer premio que gané, curiosamente, fue en poesía con un poema sobre Roque Dalton por el 75 aniversario de su natalicio que organizó el Centro Cultural Nuestra América en 2010.
P-¿Por qué decidiste escribir Los príncipes?
R-Era un buen tema, uno que estuve trabajando un par de años recabando información, buscando la mejor estructura, la voz y esas cosas. Debo admitir que me divertí mucho escribiendo esa novela. Fueron cuatro semanas hilarantes, divertidísimas. A cada rato me detenía a reírme. Sobre todo con lo que decía el narrador, uno que a veces es tierno, sensible, otras austero, duro, en una palabra, un hijo de puta. Es una suerte haber encontrado esa voz y ese ritmo. Pienso hacer algo parecido en otros proyectos.
P-¿Te encuentras a ti mismo en tus novelas?
R-Siempre hay algo de uno en cada historia. Pero lo bueno de la ficción es que uno puede vivir otras vidas, ser algo que no eres en la vida que llevas. Puedes usar muchas máscaras y antifaces que ni en broma harías con tu pobre existencia.
P-¿Por qué escribiste sobre los terremotos?
R-La oportunidad del silencio es una de las pocas novelas o quizás la única que no he planeado con mucho tiempo de antelación. La escribí en 2011 en cuatro meses febriles. Yo estaba escribiendo Dos hombres repulsivos. Creo que había escrito el primer capítulo de la primera parte de esa novela cuando me cayó de golpe la idea de una familia que moría en Las Colinas en el terremoto de 2001. Estaba acostado en una hamaca cuando me cayó de golpe la idea, sin buscarla, sin planearla y ya no me dejó en paz. Esa noche no dormí un minuto. Fue tanto el impacto que decidí posponer Dos hombres repulsivos y me dediqué a La oportunidad del silencio en cuerpo y alma. Pero yo creo que fue por los eventos conmemorativos de la tragedia que pasaban en la tele. Seguro esas imágenes tuvieron que ver en mi subconsciente y después salió como idea para un relato de largo aliento.
P-¿Cómo llegaste a escribir guiones de cine?
R-Por la literatura. Sobre todo por los cuentos y novelas. Yo soy un contador de historias. Y en el cine haré lo mismo, solo que con un lenguaje audiovisual.
P-¿Cómo cohabitas con el cine y la novela?
R-Hasta ahora todo va bien. Aunque tengo planeado retirarme por un tipo de la novela y dedicarme al cine por completo. Son dos procesos demandantes donde tiempo es lo que no tendré de sobra. A partir de hoy debo elegir los proyectos con detención. Creo que en literatura he cumplido mi primera etapa y mientras no inicie la segunda, aprovecharé para hacer un par de películas.
P-¿Tienes método de trabajo para mantener tu producción?
R-Escribo casi todos los días por la mañana. Entre tres y cinco páginas que sumándolas en un año da para varios borradores.
P-¿Cómo creaste Editorial Flor de Barro?
R-Le comenté a un amigo que no era del mundo de las letras y él, curiosamente, me apoyó en esa idea descabellada. Es un proyecto del que me siento orgulloso a pesar de como terminó. Publicamos cinco títulos, dos de ellos de Alfonso Kijadurías y Rafael Lara-Martínez. Dos maestros. Un verdadero espaldarazo.
P-¿Tienes planes de continuar el proyecto?
R-Esa es la idea, pero ahora mismo no está nada claro.
P-¿Si no fueras escritor ni cineasta a qué te dedicarías?
R-Probablemente a rescatar perros y gatos de la calle.
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