Rolando Alvarenga
@DiarioCoLatino
A sus 35 años y tras haber librado cualquier cantidad de batallas sobre el tatami, Carlos Galán se acaba de confirmar en la Copa de Houston, como el buen vino, que entre más viejo, más añejo.
En tal participación internacional el fin de semana, Galán volvió a demostrar estar en plenitud de condiciones competitivas y que todavía tiene cuerda para rato. A punta de puños unas veces de color azul y otras rojo, Carlos ganó cuatro metales dorados en las modalidades de Kata Individual, Kata Master, Oro Kobudo y en Kata Equipos y plata en Kumite Open.
Obvio y con tan elocuente cosecha, Carlos fue la figura estelar del contingente salvadoreño que incluyendo a los medallistas de oro, plata y bronce, Gaby Izaguirre, Alejandro Jurado, y Pedro Recinos, estuvo el fin de semana en la Ciudad Especial en la copa organizada por el Dojo del Sensei, francés-estadounidense, Patrick Richoux.
De acuerdo al presidente federativo, Oswalds Mata, que deportivamente lo conoce desde siempre, “las victorias de Carlos Galán tienen que ver con su experiencia, dedicación, nivel técnico y con su inspiración. Lo anterior producto de un intenso y constante trabajo en el gimnasio. Es un atleta a quien la gente lo quiere, lo aprecia y lo respeta”.
El karate es parte de la vida misma de este atleta y una especie de virus familiar ya que su esposa Georgia y su hija Helen, también han estado contaminadas con buen suceso por las artes marciales a través de los años. Es por tal razón que siempre que logran triunfos internacionales hay fiesta en casa y en la vecindad de la Zacarraca City. Una de sus principales aspiraciones es llegar a formar parte del staff técnico de las selecciones nacionales de karate.
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