Óscar Nájera,
Escritor
Estimado señor, tomando en cuenta los recientes acontecimientos, y después de revisar su historial laboral, permítame expresarle lo siguiente antes de hacerle saber nuestra decisión: el día de la entrevista de trabajo usted habló y se expresó como la persona más amable, trabajadora, emprendedora y visionaria que yo haya conocido, después de la entrevista por mis múltiples ocupaciones y responsabilidades en la empresa, lo volví a ver semanas después, y usted comenzó a dar muestras de cambios negativos en su forma de dirigirse a mi y a otros empleados, pasando los días, su actitud fue más prepotente, y la impuntualidad en su trabajo cada vez es más notoria, llega tarde y se va antes de la hora de salida, actualmente usted se muestra como una persona intolerable, pareciera que no tiene sentimientos, o fuera inmune al dolor de los demás obreros. Con sus gritos y prepotencia hace llorar al personal femenino de esta empresa, obliga trabajar tiempo extra a los obreros a su cargo, al grado de abusar de estas personas no pagándole por ese tiempo, sus errores se los achaca al personal inmediato. Por lo tanto después de evaluar la situación hemos llegado al consenso y resolución que se tome uno o dos meses de vacaciones, lo anterior lo hemos decidido analizando y tomando en cuenta que por motivos ajenos a nosotros no podemos despedirlo, ya que usted es el dueño de la empresa.
Atte. Los obreros.
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