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Estimada Nantzint:
Quizá estas líneas plasmadas o motivadas tras la lectura de sus escritos no se las esperaba; sin embargo, antes de seguir adelante debo aclararle que tal vez no sea la persona idónea para decírselas, pues no soy docto en lingüística, pero aclararé que las líneas que pongo hoy en sus manos han sido motivadas por el pequeño opúsculo CARTA A MI NIÑA Nantzint Guadalupe.
Fue a través del poeta Alex Wilfredo Canizález que tuve conocimiento de la existencia de ese tesoro literario, al enviarme hace algunos días dichas cuartillas y hacerme partÍcipe de tan exquisito manjar.
Confieso que me comió la curiosidad y al instante comencé a ojear aquellas páginas, llamándome la atención algunos versos sencillos que, alejados de palabras rimbombantes, me transmitieron un sentimiento:
“Cuando la vida se me escape por los poros,/
y mi cuerpo se vuelva yerto internamente;/
cuando de mis labios no brote ni un suspiro/
y mis sienes no palpiten, en mi hastío…/
Me tiraré en los brazos de la brisa,/
cual cenzontle trinando y sin prisa, /
como aroma de mirto evaporada/
me disiparé en la tarde enamorada.”
(Cuando muera).
Permítame decirle que al principio creí tener en mis manos algunos poemas que han sido llamados así por el autor, pero que, en realidad, no presentan mayor peso que unas imágenes literarias fofas, carentes vida y de creatividad, me refiero a ese tipo de escritos por los que se decantan los académicos o dizque poetas modernos a quienes poco les importa si lo plasmado penetra o no en la retina de sus lectores.
Debo aclararle que el poeta Alex Wilfredo Canizález nunca me persuadió a escribirle estas líneas, pues a usted no le conozco personalmente, aunque al leer sus versos me la imagino a una mujer sencilla, de pueblo, a esos personajes que pasan inadvertidas ante una sociedad alienada.
Y es que la poesía escrita por usted goza de una sencillez muy suya, ya que sin mayores rebuscamientos le canta a la Pacha Mama.
El regocijo se apodera de mí, por lo que me atrevo a decirle que hay algo en sus escritos me motivaron a escribirle esta pequeña nota salida del corazón y no es para menos, porque desde mi pequeña visión de mundo, sus versos se alojaron en mi pecho sin que se dijera “esta agua es mía”.
Es probable que le sorprendan mis palabras, aunque es preciso aclararle que en literatura lo más importante es decir algo, sin andar esperando que los académicos aprueben o no sus ideas.
Vayan para usted estas líneas, será el lector quien enjuiciará sus escritos, por mi parte la he leído, y aunque no soy catador de la buena poesía, me gustaron sus versos por no tomar poses que a la larga es el pueblo quien valora o deslegitima a los poetas.
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* La poetisa era una náhuatl-hablante originaria de Santo Domingo de Guzmán, y recién falleció, por lo que me indujo a dar a conocer estas líneas. Vaya para usted hasta donde esté estas líneas sacadas del corazón