(Este poema fue publicado en mayo de 1976:
In Memorian de Moisés Orellana 1910-1956)
Renán Alcides Orellana
recordás las veces que me pediste
aceptar lo inevitable de la vida
y renunciar a la práctica de los inútiles sueños?
debo confesarte padre
que entonces estaba muy lejos de entenderte
y que no ha sido si no a la distancia de veinte años
(mayo cincuenta y seis-mayo setenta y seis)
que he podido darme cuenta
que vos de todas te las sabías todas
por ejemplo
me he resignado a tu muerte (asunto nada fácil)
porque llegada es la hora de lanzar el llanto a otras edades
no tiene caso seguir haciendo castillos en el aire
cuando vos y yo sabemos padre
que no podemos estrecharnos las manos
como en los viejos tiempos
ya no somos ni vos el gran jefe que me enseñó la vida
ni yo el muchacho triste que te decía versos junto al río
escapados del poco amor del mundo y sus contradicciones
por nuestra vocación de pájaros tirados a la angustia
hemos crecido padre
vos seguís grande en medio de esta ausencia grande
yo tengo por el abrazo que me dabas
a tu regreso de labrar la tierra
brazos adultos y manos infantiles
para limpiar mi frente de malas intenciones
por eso no hablo de nostalgias ni de ardientes derrotas
son una vieja historia que sepultamos siguiendo tu consigna
sabés que la niña Oly no envejece
y se me antoja describírtela como heroína satisfecha
(vos no te equivocaste al escoger tu compañera viejo)
date una vueltecita por la casa
y sabrá que no miento cuando digo
que por ella a tus hijos la vida les crece a borbotones
Ruddy no recuerda como eras
pero heredó esa cualidad muy tuya
de encontrarle una respuesta a cada cosa
(se te hizo padre el ingeniero que querías
para enderezar las curvas de la vida)
salvo tu ausencia todo está bien entre nosotros
no debes preocuparte
y cuando a veces me renace aquella vieja costumbre
de contarte mis tristezas
disparo los últimos cartuchos de la renunciación
la idea absurda de verte llegar sonriendo a nuestra casa
tal como vos me lo enseñaste
aunque eso viejo
es tan difícil como escribir un buen poema
(RAO, 1976)
De mi libro «CORAZÓN ADENTRO», San Salvador, 1999.