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Carta urgente a la juventud salvadoreña VIII

Unicornio Azul

Amigas y amigos, juventud salvadoreña: estamos viviendo un tiempo en que las instituciones son fuertes cuando viven en las mentes de las y los ciudadanos. Si la ciudadanía no piensa que son legítimas tenemos lo más grave: la crisis de la gestión de los problemas de la crisis. La democracia liberal está agotada y lo que puede venir puede llevarnos al precipicio, a menos que comprendamos que es necesario que la regeneración de la democracia pasa por la participación ciudadana alejada del apoyo a un líder providencial que puede llevar el país al caos y al autoritarismo.

Es importante dominar la impaciencia y no dejarse llevar por espejismos. No hay milagros donde debe de haber procesos costosos. En nuestro país estamos caminando de manera positiva en dos ámbitos principales: la educación y la salud. No podemos correr el riesgo de echar a perder lo ya conseguido. Esta afirmación no es un acto de amor a unos colores políticos, es sencillamente la verdad. ¿Cuándo nuestro país ha sido reconocido y felicitado por organismos internacionales en estas dos esferas? Nunca. Recibimos la felicitación como país por los Acuerdos de Paz, pero nunca antes por políticas emanadas de un gobierno fuera del color que fuera. Ahora recibimos esas felicitaciones.

Hay que ser críticos con la realidad, pero ello implica partir de datos objetivos. Ocurre que hay candidaturas a las que interesa desconocer los avances logrados en los últimos años, porque rompen de manera decisiva su discurso de “todo está muy mal”. En la negación de los logros se esconde una posición injusta, una posición oportunista, y una posición que inspira desconfianza. El viejo truco de presentar la realidad como próxima al infierno para a renglón seguido presentar soluciones que nos llevarían al cielo imaginado, está ya muy gastado en política. Pero es cierto que en educación y salud hemos conseguido mucho y nos queda mucho más por lograr. Las cifras y las acciones de mejora están publicadas, y no creo necesarios recordarlas. Pero no es casual que los mayores presupuestos 2019 estén destinados a estos dos paquetes como son la educación (996 millones de dólares) y la salud (662).

Amigas y amigos, hay una desafección extendida hacia la política y las instituciones. La solución debería venir de la generación de críticas, de ideas, de debates, todo aquello que pueda dar lugar a experimentar mejoras, democratizando la democracia, no reduciéndola a la fe en una persona. Macron en Francia iba a resolver todos los problemas, pero ahora él es el problema. El primer escándalo en torno a una persona no sólo mina a esa persona: también a su proyecto.

Sabemos que el país y su gobernanza han de mejorar. Pensamos que el partido gobernante tiene cosas que cambiar y rectificar. Pero una evaluación y una propuesta transformadora y viable, no omiten datos verdaderos por otros que son medioverdaderos y manipulados. Para algunos candidatos de pronto los hechos no cuentan y sólo cuenta una política mediática centrada en un mesías para el que la táctica electoral es ponerlo todo al nivel de lo peor, refugiándose en críticas sin exponer propuestas razonadas. Es en esta táctica donde encuentra todo su sentido el no acudir a la UES a un debate entre candidatos. ¿Por qué no hacerlo, cuando es el modo en que la ciudadanía puede contrastar las diferentes propuestas de país?.

Es un hecho muy grave que uno de los candidatos renuncie y en cierto modo desprecie un debate público. Lo hace así por no arriesgar, pues cree que ganará las elecciones sin discutir con los otros candidatos. Pero lo que realmente esconde es una gran debilidad y, peor aún, en su no exposición habita la sospecha de que vende mucho humo y mucha promesa que no cumplirá. Desiste de asistir al debate, pero sobre todo desiste de ser leal con quienes le apoyan. Votar a un candidato que se esconde encierra peligros.

Amigas y amigos, el futuro de nuestro país será lo que sea el sistema educativo. Nuestro déficit estructural que nos dificulta el mayor desarrollo, no podrá vencerse sin cuadros preparados, sin jóvenes investigando, sin hombres y mujeres capaces de intercambiar altos conocimientos en el campo de la ciencia, de la economía, del desarrollo sostenible. La educación que ahora tenemos en el país ha dado un buen salto de progreso y de igualdad. El acceso a la educación universitaria de manera gratuita es la clave de la bóveda de un tiempo nuevo para El Salvador. Esta medida va de la mano de las mejoras sustanciales que se están produciendo en las infraestructuras educativas cada vez más modernas y mejor equipadas.

Como bien dice el licenciado salvadoreño José Roberto Osorio, es cierto que el sistema educacional en el país se encuentra bajo el asedio de diversos factores externos, entre los que destaca la criminalidad. El ausentismo estudiantil sufre directamente por ese motivo y otros como la desestructuración familiar que alienta la no asistencia a la escuela. El propio hecho de estudiar está en cuestión en algunos sectores juveniles desanimados por la falta de oportunidades profesionales. Creo que junto a medidas económicas de creación de empleo juvenil y un combate eficaz a la delincuencia, es importante seguir mejorando el sistema escolar desde la convicción de que será mediante una educación integral y extendida que llegué al último rincón del país, como podrá mejorar la vida de la gente y la confianza en el futuro.

La educación es una herramienta vital para la transformación de la sociedad, como conjunto y como individuos. Por ello adquiere una connotación ideológica y política muy definida. No da igual quien gobierne. Si la educación es fundamental para vencer el atraso y la pobreza, no es difícil concluir que solamente quienes se propongan el cometido histórico de construir un país con justicia social son aptos para gobernar. Por consiguiente parece un riesgo que se pueda investir a un presidente que abandonó los estudios de la Universidad, y no precisamente por falta de medios económicos. La no finalización de los estudios indica que este candidato no apeló al esfuerzo que las y los estudiantes realizan para acabar sus carreras. Con este precedente se puede pensar que el tal candidato no es la mejor alternativa para el sistema de Educación del país.

Y si hablamos de la salud hemos de comenzar diciendo que es uno de los asuntos que más nos preocupa a los seres humanos. Ya cuando nos saludamos interesarse por la salud del otro es habitual. ¿Qué tal está? ¿Cómo se siente?

¿Sabéis que el país conoce profundas transformaciones para mejorar la cobertura, gratuidad y acceso universal al sistema de salud, con calidad y calidez? ¿Sabéis que han aumentado significativamente los establecimientos del MINSAL? Si en 2009 había 421 hoy hay 820. ¿Sabéis que la Ley de Medicamentos ha ahorrado ya a la población más de 100 millones de dólares? ¿Qué seguridades dan los candidatos en los campos de la salud y la educación? Es lo que hay que examinar en el ámbito de los programas que proponen, como también en el ámbito de sus trayectorias personales.

Amigas y amigos, ¡pasen buenas fiestas!

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