Santiago Leiva
Redacción Co Latino
Después de un primer acto desastroso, rx lejos de su filosofía e identidad, sick los “guerreros de playa” acabaron con una Jamaica respondona inicialmente, pero que terminó con calambres y con un 7-4 en su contra. No pudieron los “Reggae Boys” mantener el ritmo ni el empuje de los cuscatlecos que debieron recibir un pellizco para reaccionar.
El triunfo sufrido, si se quiere por como arrancó el choque, sirve a El Salvador para quedarse con el primer lugar del grupo A, al técnico Rudis Gallo para ver como reaccionan sus pupilos en la adversidad y a los jugadores para no confiarse de ningún rival.
Porque Jamaica, sin ser más que corpulencia y derroche físico, sembró nerviosismo a una nación que vio como sus “ídolos” se desmoronaban como castillos de arena en los primeros 12 minutos. Un primer periodo así, contrario a lo que se pueda comentar en la TV y las crónicas periodísticas, no puede quedar para el olvido. El letargo, desconcentración y la ansiedad con que encaró la Azul el primer acto merece análisis.
Fueron 12 minutos de fallos desde el portero Herbert Ramos hasta Agustín Ruiz y Frank Velásquez en labores ofensivas. Ante la falta de concentración y cabeza fría, Jamaica dejó en claro que la selecta echa de menos a Wilber Zavala en la zona baja y lo hizo a ritmo de goles.
Jermaín Anderson fue el encargado de abrir el marcador cuando el cronómetro no superaba los dos minutos y unos instantes después Derrick Planter aumentaba la cuenta a 0-2.
La llegada de Frank Velásquez a la cancha supuso una mejoría en ataque para la Azul, pero se equivocó al intentar salir con balón dominado y Anderson aprovechó el fallo para decretar el 0-3.
El nerviosismo caló hondo tanto que Daemion Benjamín aprovechó una salida tardía de Ramos para decretar el 0-4 lapidario con el que se cerró el periodo inicial.
Con el marcador a su favor, Jamaica se agazapó. Craso error, porque a la vuelta del descanso la Azul volvió con la suficiente cafeína y adrenalina para buscar el partido y corregir el desastre inicial.
Agustín, con un gol a su estilo: gambeta doble y disparo a marco, descorchó el festejo para El Salvador y luego se sumó a la fiesta Abraham Henríquez con el 2-4. Antes que el cuadro cuscatleco anotara, el meta Kirk Porter había parado de todo, fue el bastión que evitó que la Azul fraguara la remontada mucho antes. No obstante, su base se hundió en la arena y el “Tín” volvió a aparecer para dejar cartones de 3-4 al término del segundo periodo.
Para el tercer periodo, de nueva cuenta, los pupilos de Gallo se desbocaron en busca del gol, pero pagaron caro la ansiedad que generó que se engolosinaran con la pelota. Tuvo que aparecer Frank con un potente disparo desde larga distancia para calmar los nervios. El ariete, con poca fortuna a lo largo del juego, logró vencer a Porter y colocó el 4-4 a falta de ocho minutos para culminar el juego y a partir de allí la noche se pintó de azul.
Agustín hizo el 5-4 y posteriormente se reportó Rubén Batres para justificar porqué Rudis Gallo le dio un espacio en la nómina de 12. El espigado delantero le dio la bienvenida al portero Elvis Hart con un misil de tiro libre para el 6-4 y luego finiquitó el duelo con otro disparo lejano que significó el 7-4. En adelante los “guerreros” administraron el oxígeno y bajaron revoluciones y controlaron el juego con el balón a sus pies. Así terminó la historia.
La selección playera vuelve a escena el jueves, esperará al rival que salga hoy del duelo entre Estados Unidos y Bahamas. Este último se pinta sin duda más accesible para los cuartos de final.
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