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Lisboa/dpa
El arquero del Real Madrid Iker Casillas vivirá el sábado una nueva final de la Liga de Campeones 12 años después de coronarse como héroe en el último trofeo continental conquistado por los blancos.
La pregunta es: ¿será un último acto de servicio a su club de toda la vida?
Muchas cosas pasaron desde que aquel joven de 21 años fuera aclamado en Glasgow como el héroe, clinic junto a Zinedine Zidane, de la conquista de la novena Liga de Campeones para el Real Madrid, su última hasta la fecha.
Entonces, Casillas era un chico casi imberbe que se quería comer el mundo a bocados. Fue suplente en aquella final ante el Bayer Leverkusen y le tocó salir en sustitución de César. Sólo jugó 23 minutos, un breve lapso de tiempo que se convirtió en eternidad. Tuvo un par de intervenciones que salvaron el triunfo 2-1 de los blancos ante el clamor de una hinchada que esa noche encontró un nuevo ídolo.
Pero él lo recuerda de otra manera: “Visto ahora, no fue para tanto. Lo que pasa es que ganamos la copa y por eso quedó como algo más de lo que fue. He hecho mejores paradas”.
Casillas jugará el sábado ante el Atlético de Madrid una nueva final continental y es el único jugador superviviente de la final de Glasgow. Pero las circunstancias son bien diferentes: ahora lleva barba, enseña alguna cana en los costados y, sobre todo, no posee tanta alegría como entonces. O al menos no la exterioriza.
El arquero pasó en los dos últimos años más tiempo en el banquillo que entre los palos. Su anterior técnico, José Mourinho, lo relegó a la suplencia la pasada temporada por cuestiones no demasiado claras y la llegada de Carlo Ancelotti sólo supuso una mejora a medias.
En una decisión poco frecuente, el entrenador italiano otorgó a Diego López la titularidad en la Liga española y dejó a Casillas para la Copa del rey y la Liga de Campeones. Quizás no fue mal negocio para Casillas, ya que el Real Madrid no ganó la Liga española, pero sí conquistó la Copa del rey y tiene la posibilidad de añadir la Liga de Campeones.
“No estamos obsesionados, sólo queremos hacer un buen partido”, afirma Casillas sin demasiado entusiasmo.
Lo dice con un rostro cansado, alejado del nervioso entusiasmo que muestran compañeros como Sergio Ramos o Cristiano Ronaldo cuando se les habla de la posibilidad de ser campeones de Europa. Definitivamente, no es el Casillas de hace 12 años. Tampoco el de hace tres.
“Hemos conseguido lo que queríamos, llegar a la final. No es una oportunidad personal, sino colectiva”, añade mientras envía al destierro cualquier atisbo de ego, cualquier oportunidad de revancha.
Ahora mismo, nadie se atreve a asegurar si a sus 33 apos está ante su última temporada, su último partido, con el Real Madrid. Nadie sabe si la próxima temporada peleará otro año por la titularidad, si se arriesgará a la posibilidad de volver a ver media temporada o más desde el banquillo. Por lo pronto, Diego López ya confirmó que sí está dispuesto a volver a pelear por su puesto.
Múltiples rumores hablan de un presunto interés de la Premier League y de equipos como Arsenal, Manchester City o Manchester United.
“De momento sigo aquí”, es todo lo que ahora se atreve a decir Casillas sobre su futuro.
El sábado, su reto será aumentar una marca impresionante: siete finales disputadas en su carrera con otros tantos triunfos. Fueron dos Ligas de Campeones y dos Copas del rey con el Real Madrid, además de dos Eurocopas y un Mundial con la selección española.
