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A finales de la semana pasada se difundió la noticia que la Fiscalía de la Audiencia Nacional de España, ha pedido 150 años de prisión para el coronel retirado Inocente Orlando Montano, por el asesinato de cinco sacerdotes jesuitas de origen español, entre ellos el rector de la UCA, Ignacio Ellacuría.
El coronel Montano, quien al finalizar la guerra civil vivió indocumentado en los Estados Unidos, fue capturado por este delito, cuando se conoció de la difusión roja emitida por Interpol, luego fue extraditado a España, donde enfrenta la justicia internacional por un crimen de lesa humanidad.
Sus compañeros del Alto mando, a excepción del coronel Alfredo Benavides, Juan Orlando Zepeda, Juan Rafael Bustillo y Elena Fuentes, entre otros, gozan de libertad en El Salvador, luego que la Sala de lo Constitucional, declaró inconstitucional la Ley de Amnistía y dejó en libertad a los tribunales para promovieran los casos de lesa humanidad, negó la extradición a España de estos militares reclamados por la justicia española.
El único que está preso en El Salvador, tras ser recapturado por una orden judicial es el coronel Benavides. El otro que era reclamado por la justicia española es el coronel René Emilio Ponce, quien falleció hace algunos años, quien era el Jefe del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada, cuando ocurrió la matanza de los jesuitas y sus dos colaboradoras, Elba y Celina Ramos, ocurrida el 16 de noviembre de 1989, cinco días después que la guerrilla del FMLN lanzara su más grande ofensiva militar que abarcó la capital.
La Fiscalía de la Audiencia Española, ha solicitado treinta años de prisión contra Montano, por cada uno de los cinco sacerdotes, de origen español, asesinados aquel 16 de noviembre de 1989 en las instalaciones de la UCA.
El caso Jesuitas y el proceso judicial que promueve la Audiencia Nacional de España, nos recuerda no solo los crímenes de guerra cometidos en El Salvador, sino la histórica impunidad que se instauró en El Salvador al finalizar la guerra civil en enero de 1992, tras la firma de la paz.
