Por: Rolando Alvarenga
En el Boxeo, como en todo deporte, ocurren hechos anecdóticos que, por lo general, pasan desapercibidos para el público o para la afición, pero cuando salen a la luz son dignos de ocupar un espacio en la célebre columna: “Aunque usted no lo crea de Ripley”. Localmente, en materia de Boxeo, sucedió recientemente un hecho curioso y humorístico que bien vale la pena revelar.
El inédito episodio ocurrió el 21 de octubre durante el combate por las 155 libras entre Alex “El Pollo” Aguirre, de 44 años, y el santaneco Ricardo “El Risueño” Cortez, de 22 años, en el marco de la velada boxística “Sueños, Pasión y Orgullo”.
Con el arbitraje del ex campeón profesional Osmán Omar Jiménez, la pelea inició con el tradicional round de estudio y cautela por parte de los dos contendientes. Pero, poco a poco, se fueron perdiendo el miedo y comenzaron a golpear sus cuerpos.
Fue así que en el transcurso del primer asalto, “El Risueño” conectó un cruzado de derecha al rostro del “Pollo”, quien se fue al piso, pero luego se reincorporó. No obstante, en cumplimiento al reglamento, tuvo que escuchar el conteo de protección del tercer hombre del ring.
En el segundo asalto hubo algunos interesantes y peligrosos intercambios de golpes que, gracias a su juventud, Cortez asimiló mejor, pero Aguirre sacó la peor parte y perdió valioso oxígeno.
En el tercero round, justo cuando faltaba un segundo para el final, “El Risueño” asestó un clarísimo recto de derecha a la mandíbula del
“Pollo” que lo obligó a aterrizar en la lona.
De inmediato, el árbitro mandó a esquina neutral al santaneco y comenzó el conteo para Aguirre. Cuando el conteo iba por seis segundos, “El Pollo” se levantó y el réferi le preguntó: “¿qué día es hoy?” y el boxeador respondió “No sé”. El árbitro siguió la cuenta
hasta ocho y de nuevo preguntó: “¿en qué round vamos?”, y el púgil respondió: “en el primero”; por lo que el árbitro lo sacó de combate.
Al bajar del ring y sin digerir el fallo, “El Pollo” argumentó antesus amigos que el réferi solo le había contado dos segundos y que el árbitro tenía amistad con su rival. En su defensa, Jiménez explicó que tras la segunda pregunta notó en malas condiciones al “Pollo” y que su responsabilidad, antes de un mayor castigo, era decretar la finalización del combate.
Para despejar las dudas, revisé las fotos de este polémico momento (el out al “Pollo”) y, efectivamente, Osmán Jiménez contó hasta 8 y “El Pollo” estaba “tocado”.
¿Qué ocurrió aquí? De acuerdo a mi experiencia, Cortez dejó medio anestesiado al “Pollo” y por eso cuando el árbitro le hizo las
preguntas estaba “grogy” (estado de semiinconciencia en que está un boxeador cuando ha recibido uno o más golpes fuertes) y no le cayó el veinte de lo que ocurría. Fue hasta unos segundos mas adelante que el cerebro del “Pollo” se reseteó y volvió a la normalidad, pero a esas alturas “El “Risueño” ya festejaba el haberle ganado a un gato viejo que lo tuvo con pesadillas. Pero ¿ y cómo se arregla esto? ¡fácil! con una revancha directa.
*Los conceptos vertidos en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien los presenta.