La Habana/AFP
El presidente Raúl Castro afirmó que el endurecimiento de Donald Trump frente a Cuba marca un «retroceso» en las relaciones con Estados Unidos, restablecidas en 2015 después de medio siglo de enfrentamiento en el contexto de la Guerra Fría.
«Los anuncios realizados por el actual presidente (de Estados Unidos…) significan un retroceso en las relaciones bilaterales», declaró Castro en la clausura de la primera sesión del Parlamento cubano, transmitida en diferido por la televisión oficial.
Días antes del segundo aniversario de la reapertura de la embajada de La Habana en Washington, el 20 de julio, Castro reprochó ante el Parlamento la nueva política de Trump, que restringe los viajes de los estadounidenses a la isla y prohíbe negociar con las empresas administradas por los militares cubanos.
Sin romper las relaciones diplomáticas con la isla, Trump frenó el histórico acercamiento iniciado por su antecesor Barack Obama en un discurso ofrecido el 16 de junio en un teatro de Miami, donde estuvo rodeado de anticastristas.
El mandatario estadounidense tildó entonces de «brutal» al gobierno comunista de Cuba, apoyó a la disidencia y condicionó avances en la relación a concesiones en materia de derechos humanos.
Según Castro, las nuevas medidas representan un endurecimiento del embargo contra la isla, vigente desde 1962, y están permeadas de «una retórica vieja y hostil propia de la Guerra Fría».
Asimismo, denunció «la manipulación» que se ejerce sobre Cuba con el tema de las garantías fundamentales.
«Cuba tiene mucho de que enorgullecerse por los logros alcanzados y no tiene que recibir lecciones de los Estados Unidos ni de nadie», proclamó en una sesión a la que no tuvo acceso la prensa internacional.
Negociación entre iguales
No obstante los reparos, el presidente reiteró su disposición a proseguir con el «diálogo respetuoso» y la negociación de los asuntos «bilaterales pendientes sobre la base de la igualdad» y el reconocimiento «de la soberanía y la independencia de nuestro país».
Cuba ya había expresado su rechazo a la nueva política de Trump, y lo que hizo Castro fue ratificar el tono pero sin tensar más la cuerda con Estados Unidos.
«Cualquier estrategia que pretenda destruir a la Revolución, ya sea mediante la coerción o las presiones o recurriendo a métodos sutiles, fracasará», sostuvo.
El líder de 86 años dejará la presidencia en febrero de 2018 tras promover durante 12 años una lenta y cauta apertura económica.
Castro dejó atrás el viejo enfrentamiento con Estados Unidos pese a la vigencia del embargo económico, pero sin abrir el sistema de partido único que rechaza cualquier oposición política.