Por Daniel Bosque
Girona/AFP
Tras una semana de reinado, tadalafil Felipe VI hace este jueves sus primeros pasos como nuevo monarca en la región de Cataluña, treat cuyo gobierno nacionalista mantiene en marcha un proceso de autodeterminación contra la voluntad de Madrid.
Acompañado de la reina Letizia, viagra el rey viaja a Gerona donde pronunciará un discurso en la entrega de premios de la Fundación Príncipe de Gerona, uno de los títulos nobiliarios que detentaba como heredero y que ahora recae en su hija mayor, Leonor, de ocho años.
Felipe VI vuelve así a una tierra que conoce bien, cuya lengua domina y que ha visitado frecuentemente en los últimos años, pero que ahora se presenta como la prueba de fuego del inicio de su reinado tras la abdicación de su padre, Juan Carlos I.
La misión no es fácil dado el rechazo de parte de los catalanes hacia las instituciones españolas.
En esta misma localidad de 100.000 habitantes, uno de los polos independentistas de la región, el ayuntamiento aprobó recientemente una moción según la cual el título de Princesa de Gerona no representa a la ciudad.
«La ciudad no se siente identificada con este título. No se trata de una manifestación de hostilidad. Simplemente no cuadra con la Gerona del 2014», explicó su alcalde, Carles Puigdemont.
Facilitar el diálogo
Pero con el problema enquistado desde hace meses y el diálogo roto entre Barcelona y Madrid, Felipe podría influir para buscar una salida a esta crisis: la Constitución española no le otorga poder de decisión real pero sí de mediación y arbitraje.
«El rey no gobierna pero reina. El rey puede contribuir a cambiar el estado de ánimo», analiza Joan Botella, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Barcelona.
«Seguramente es lo que espera una buena parte de la opinión pública catalana y española. Habrá que ver si lo puede llevar a cabo», añade.
Pero el independentista Oriol Junqueras, líder del partido Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), segunda fuerza de la región, aseguraba este jueves no esperar nada de la Corona.
«La experiencia nos enseña que cualquier esperanza en este sentido es vana. Si el rey quiere hacer un gesto ya lo hará y supongo que lo percibiremos todos», declaró a la AFP.
Sin encuentro oficial
No hay ningún encuentro oficial previsto entre Felipe VI y el presidente catalán Artur Mas, que pretende convocar un referéndum de autodeterminación para el 9 de noviembre, pero ambos se encontrarán en una cena privada tras la entrega de premios.
El líder catalán acogió con escepticismo la proclamación del nuevo rey, a la que estuvo a punto de no asistir por problemas de agenda. Mas ha resumido en varias ocasiones su posición sobre el nuevo monarca con la expresión inglesa «wait and see» («esperar y ver»).
Durante su discurso de proclamación el 19 de junio, ni él ni el presidente nacionalista vasco Iñigo Urkullu aplaudieron las palabras del monarca, en las que apeló a «la unidad de España» pero con respeto a su diversidad.
«Cuando se hace referencia a una Nación y no a un Estado plurinacional, para mí esto es un discurso que no es nuevo, es lo que hemos oído durante 35 años, siempre hemos oído lo mismo», lamentó.
Presionado por el auge independentista de la región, especialmente en los años de crisis, y el crecimiento inexorable de ERC, con quien pactó en 2012 la celebración del referéndum, Mas mantiene firme su agenda política para llamar a los catalanes a las urnas.
La misma firmeza demostró en los últimos meses el ejecutivo español en rechazar la consulta, apoyándose en la Constitución de 1978 que consagra la indivisibilidad de la nación española.
«Si el señor Mas no quiere hacer ese referéndum, que sabe, porque todo el mundo se lo ha dicho, que es ilegal, yo estoy dispuesto a escucharle», afirmó el lunes durante un viaje a Polonia el jefe de gobierno conservador Mariano Rajoy.
«Pero si lo que quiere es obligarnos a los demás a que hagamos lo que él dice, pues eso va a ser muy complicado, sobre todo cuando es manifiestamente ilegal», añadió.