Por Anne Lec’hvien
Lourdes/AFP
Miles de católicos acudieron este lunes al santuario de Lourdes para celebrar la Asunción y «rezar por Francia», una peregrinación bajo fuertes medidas de seguridad tras el atentado de Niza y el asesinato de un cura en julio.
A principios de la mañana, una multitud de creyentes, algunos de ellos cargando los estandartes de sus diócesis, se preparaban ya para la primera misa.
«Venimos para rezar por la paz en todo el mundo, que parece estar sumida en un caos», dijo sentado en la hierba Piet Tarappa, un empresario indonesio venido desde Yakarta con un grupo de 35 peregrinos, acompañados por un obispo.
Bajo un sol resplandeciente, unos 500 policías y militares patrullaban el lugar, tras la implementación de un dispositivo excepcional tras la matanza del 14 de julio en Niza (sureste) que dejó 85 muertos y el asesinato el 26 de julio del sacerdote Jacques Hamel, de 85 años, degollado en plena misa en una iglesia de Normandía (noroeste).
En el cielo un helicóptero sobrevolaba el lugar donde se habían congregado cerca de 22.000 fieles.
«Creo que es importante que los soldados estén ahí por si pasa cualquier cosa», estimó Leila Bousbaa, una peregrina inglesa de 21 años.
La misa al aire libre, organizada en la pradera situada fuera del santuario, conmemora la Asunción, que según el dogma católico, celebra el ascenso al cielo de la Virgen María.
Lionel Ambroise, un ingeniero francés de 29 años que vive en Bruselas, dijo que acudió para «darle las gracias» a la virgen por su matrimonio y también para «reflexionar sobre el mundo y sobre Francia, en especial, por la crisis que atraviesa».
El cardenal y arzobispo de Lyon (centro-este) Philippe Barbarin, una de las personalidades más influyentes de la Iglesia francesa, presidió una de las ceremonias, cuyo tema central fue la misericordia.
Durante el sermón, dijo estar pensando «en Francia, golpeada por tanto sufrimiento en los últimos meses desde enero de 2015 (atentados contra la revista Charlie Hebdo y un supermercado kósher) y de nuevo cruelmente golpeada el mes pasado».
El presidente de la Conferencia Episcopal, Georges Pontier, llamó a los fieles a «rezar por Francia». También invitó a los creyentes a «congregarse en las iglesias» y a «prender velas» en homenaje a Jacques Hamel.
«Los católicos no van a faltar a la cita», aseguró el viernes Vincent Neymon, director de comunicación de la Conferencia Episcopal, que destacó el «contexto difícil» y la «tensión en el país».
Sin embargo, Neymon subrayó que este rezo no es «político» y que es «un momento de reunión».
‘Solidaridad’
Otra ceremonia en la cueva de Massabielle en la tarde conmemorará la aparición de la virgen en el lugar, que según la iglesia católica se presentó allí a la pastora Bernadette Soubirous en 1858.
La plegaria «va a tener un tono particular este año», dijo Nicolas Brouwet, obispo de Tarbes-Lourdes. «En el fondo, uno se da cuenta que somos objetivo de atentados terroristas y que nuestro país está en el blanco, no sólo la Iglesia católica».
En Normandía la ceremonia fue especialmente emocionante. Allí el arzobispo de Ruán recordó al cura muerto.
«Francia atraviesa pruebas, nuestra diócesis atraviesa pruebas», dijo advirtiendo a los fieles que luchen contra la tentación de cortar con la fraternidad y ceder a la cólera contra los musulmanes.
Después del ataque, que se produjo poco después del atentado de Niza, muchos musulmanes llegaron a las iglesias para expresar su solidaridad hacia sus «hermanos» cristianos y su rechazo frente al yihadismo.
El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, expresó el sábado tras inspeccionar el dispositivo de seguridad, su «solidaridad» con los católicos y su «gratitud» y «reconocimiento por el discurso extremadamente responsable que adoptaron los obispos» tras el atentado del 26 de julio.
En tanto, la presidencia francesa anunció que François Hollande será recibido el próximo miércoles en el Vaticano por el papa Francisco para hablar entre otros temas de las consecuencias del asesinato de Hamel.
Según una encuesta reciente, cerca del 65% de los franceses se declararon católicos en 2010, pero sólo un 7% acude a misa al menos una vez al mes.
Además de las celebraciones religiosas, hay muchos eventos festivos programados este lunes en Francia, incluyendo bailes populares, fuegos artificiales y fiestas culturales, aunque algunos tuvieron que ser anulados por motivos de seguridad.