Miguel Ángel Dueñas Góchez*
El artículo anterior “El señor Quijano y el Corán, el señor Bukele y la Biblia”, de Alberto Romero de Urbiztondo, se refiere a El Salvador como un país laico. Han pasado más de 200 años y siguen las personas pensando igual que cuando fueron conquistadas o invadidas, tanto en su territorio como en sus mentes.
Ahora, a partir del 1° de junio, esperamos recibir a un nuevo gobernante, supuestamente con nuevas ideas, pero sin cambiar su estilo conservador, porque sigue rodeado de pastores y sacerdotes, quienes inciden grandemente en decisiones macro como son las relacionadas al “patriarcado, utilizando tradicionalmente la manipulación de la religiosidad de la población, para imponer normas y códigos morales controladores de la sexualidad humana, asignando a la mujer un destino ligado únicamente a la maternidad. Por ello, han considerado la difusión y el avance en el acceso real a derechos sexuales y reproductivos, una amenaza a sus mecanismos ideológicos y sociales de control, poniendo en riesgo la sociedad patriarcal. Esto explica que las mayores resistencias para el avance de estos derechos y su garantía a través de leyes y políticas públicas, la encontremos entre las jerarquías eclesiásticas, que presentan estos derechos como un ataque a las creencias religiosas, y para defenderlas han generado una rearticulación del activismo religioso, que sin abandonar formas tradicionales de influencia, ha desarrollado nuevas estrategias de incidencia que es importante conocer, para poder neutralizarlas” (tomado de la página El avance de los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos en los Estados con prácticas confesionales, de Alberto Romero de Urbiztondo, Movimiento por una Cultura Laica en El Salvador.
Me refiero en este artículo a los DSDR, donde el 90 % de países aceptan las cuatro causales especificas sobre el aborto: 1) embarazos que presentan riesgo para la salud y la vida de la mujer; 2) embarazos médicamente inviables; 3) embarazos producto de violación o trata de personas; y 4) embarazos producto de violación sexual en una menor de edad.
Pero el nuevo Presidente (Bukele) solamente se ha pronunciado por la primera causal, lo cual no favorece la salud de las mujeres.
*Licdo. en Relaciones Internacionales.