Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“He aprendido a preparar la tierra y abono orgánico, también a sembrar más plantitas; el tiempo está difícil pero con los huertos caseros, tenemos distintas hojitas que las echamos a las sopas y así nos vamos alimentando. Nos ahorramos dinero del gasto para verduras, ahora que hay escasez por el COVID-19. Cultivar nuestros propios alimentos es importante porque lo sembramos con nuestras manos y el mensaje es que siembren también y, si no tienen, pueden venir acá a pedir plantas para que puedan reproducirlos con nuestras manos”, expresó María Blanca Cruz Rivera, residente en el cantón Guarjila, Chalatenango.
María Blanca pertenece a la Escuela Ecológica “Juanita” y dice que ha aprendido a preparar abono orgánico y el cultivo de verduras y especias aromáticas, que favorece la dieta y nutrición familiar, ante las medidas de emergencia por la pandemia del COVID-19, que no ha permitido a pequeños agricultores realizar sus actividades agrícolas.
Con la campaña “Mujeres con autonomía produciendo alimentos sanos con la familia, para enfrentar la pandemia del COVID 19”, la Coordinadora de Comunidades Rurales y Repoblaciones de Chalatenango ha retomado esta iniciativa de sustentabilidad, explicó Rubia Guardado, representante del CCR.
La Coordinadora de Comunidades Rurales y Repoblaciones de Chalatenango (CCR) nació en 1988, reconocida como Asociación de Comunidades para el Desarrollo de Chalatenango (CCR), trabajan en diversos proyectos sociales que fortalecen una organización de base, participación ciudadana, la equidad de género y protección de los recursos naturales.
La campaña del CCR, que se lleva a través de las redes sociales (Facebook y cuñas de radios comunitarias), tiene objetivos como la producción y consumo de productos que se tiene mejor calidad de vida, con el lema estratégico “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento”, frase de Hipócrates (padre de la Medicina); la campaña, explicó Guardado, buscan incidir en el público sobre lo vigente de contar con un sistema inmunológico fuerte, ante la emergencia por la pandemia del COVID-19.
Asimismo, la Secretaría de la Mujer de CCR une esta campaña a la producción de alimentos a través de los huertos caseros, así como las medidas de higiene y prevención.
“Sabemos que, para mantener una calidad de vida, las mujeres de Chalatenango hemos optado por la producción de nuestro propio alimento y medicina a través de la plantas comestibles cultivadas en nuestros huertos, con métodos amigables para el medioambiente y que garantizaron nuestra autonomía alimentaria”, dijo.
María Guardado, de la comunidad Guarjila, Chalatenango, lleva un huerto casero diverso sembrando zanahorias, cebollines, chile, tomate, repollo, frijol de vara, cilantro y mora.
“Sembrar nuestros propios productos fortalece la dieta de la familia, mi mensaje a otras mujeres es que se animen a sembrar sus cultivos. En cuanto a preparar los huertos caseros, deben elegir un lugar donde ubicarlo y orientarlo por donde sale el sol y cerca de la vivienda para protegerlo de vientos fuertes, verificando que el suelo sea adecuado, o por lo menos que no haya piedras grandes y que no tenga orugas de gallina ciega o escarabajo”, sugirió María Guardado.
Para Rubia Guardado, todo este conocimiento en situaciones de crisis como eventos climáticos, guerras, desastres y pandemias como el COVID-19, generan situaciones de riesgo de alimentación y protección de la familia, en especial a las mujeres.
“Es por eso que las mujeres de Chalatenango nos organizamos en escuelas agroecológicas para mejorar la producción de plantas alimenticias y medicinales en nuestros huertos caseros, aprovechando los recursos de los que disponemos y fortaleciendo nuestras autonomía alimentaria”, acotó.
Aunado a esta campaña, el CCR, que actualmente trabaja en 110 comunidades en Chalatenango, fortalece el objetivo de liderazgo femenino y defensa de sus derechos y lanzaron una campaña en coordinación con CORDES, el Movimiento de Asociaciones de Mujeres de Chalatenango y Solidaridad, para concienciación y sensibilización de los derechos de las mujeres, a través de las redes sociales y radios comunitarias.
“Esta campaña decidimos lanzarla en el contexto del asesinato de Silvia Yesenia (Chalatenango) y Vanesa (Usulután), con mensajes sobre las formas de violencia que puede ser emocional por los gritos, ofensas o humillaciones; la violencia física que son los empujones, golpes o heridas, así como la violencia sexual de las más graves y la violencia feminicida que es el asesinato de mujeres que están siendo amenazadas en esta cuarentena”, señaló Rubia Guardado.
La iniciativa cubre, además, información sobre las instituciones que garantizan una vida libre de violencias para las mujeres como la Sección de Atención Integral a Víctimas de la Corte Suprema de Justicia y la UNIMUJER-ODAC, de la PNC, ambas instancias capacitadas para atender las denuncias que se encuentran en el municipio de Citalá, San Ignacio, La Palma, Agua Caliente, La Reyna y Tejutla, llamando a SAIV CH-UNIMUJER 2301-1814, 2301-1833, 2301-2352, y en Nueva Concepción a UNIMUJER 2335-7031 o escribir al whatsapp 6060-9766, con el lema “Porque la violencia no está en cuarentena… Las mujeres en Chalate: se protegen y denuncian”.
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